Tongos y tontos

 

Si “Canelo” hubiese terminado la pelea antes de 12 rounds, nunca más pisaría un encordado


El cine Atlas estaba en Fray Servando, cerquitita del Mercado Sonora. Allí íbamos con el tío Agustín de la Torre, “El Chiquilín”, “El Grandote” y otros motes que aludían a su enorme tamaño, y con  la tía Socorro, hermana de mi madre. La tía Coscorrito que, como dicta la tradición, era de estatura reducida.

Ambos se metían al cine y a nosotros nos dejaban en el vestíbulo, “Lobby” para los modernos, donde por veinte centavos podíamos ver las peleas de box semanales, o la función de lucha libre.

Otra posibilidad era visitar a doña fulanita que tenía televisor y que por igual cifra nos dejaba ver las peleas. O la lonchería de la vuelta de la esquina, pero al pago por mirar se sumaba el consumo, dos, tres pesos.

Mirábamos el pesaje, donde los peleadores no fingían odio, bromeaban y se amenazaban con cierta gracia, con compañerismo. En la pelea hacían todo para ganar, aunque intuíamos que por detrás había un gran negocio que también favorecía a los “bofes” como se les decía a los boxeadores.

No existía el comercio descarado como se maneja hoy. Nadie, aun sin ser experto en el arte de Fistiana o del marqués de Queensberry, podría negar que el circo del sábado es de los fraudes más descarados en la historia de un deporte que nos dio honra y medallas.

Vayamos por lo simple: pasado el primer round de tanteo, el “Canelo” pudo terminar la pelea como le pluguiera: por nocaut o nocaut técnico; pudo retirar del negocio al hijo del señor al que gracias a la distancia se le considera casi Dios: Julio César, amigo de líderes narcos, drogadicto, ebrio, agresor familiar, un ejemplo.

El Júnior es un muchachote asustado, sin técnica boxística, golpeado verbalmente por un padre vociferante, autoritario; impidió al entrenador que participara.  Él, el ídolo, asumió el papel de instructor de última hora… y ese fue el resultado.

El Júnior no mostró movilidad, ligereza, agilidad para tan importante pelea. Su disfraz de Karate Kid (I) no fue suficiente, pero no creo que se sienta. Puede pasar a temprano retiro con lo que reste de ocho millones de dólares que le pagarán… sólo tendrá que soportar a un malgeniudo progenitor…

Si “Canelo” hubiese terminado la pelea antes de 12 rounds, nunca más pisaría un encordado. El contrato con los anunciantes tiene extensión y plazo. Y ningún sujeto por bueno que sea tirando golpes, puede cambiarlo…