Tragedia educativa

 

Los resultados indican que su vida laboral transcurrirá entre la mediocridad y la ineficiencia


Sin lugar a dudas nuestros hijos y nuestros nietos han sido condenados por los maestros aglutinados en la CNTE y en el SNTE, a la más ignominiosa de las miserias, pero lo peor de todo es que esta deleznable acción la han venido cometiendo desde hace muchos años con la complicidad de las estructuras del Gobierno Federal y los gobiernos de los estados del país. De acuerdo a la última medición que realizó la Organización para el Cooperación y el Desarrollo Económicos en las materias de Ciencia, Lectura y Matemáticas, nuestros hijos obtuvieron resultados que tendrían que considerarse como una verdadera tragedia ya que en la primera de las disciplinas obtuvieron 48 por ciento, en la segunda 42 y en la tercera 57 por ciento.

Sin pretender utilizar calificativos para los alumnos, los resultados indican que su vida laboral transcurrirá entre la mediocridad y la ineficiencia, toda vez que no tendrán oportunidades de competir en el mundo globalizado que les ha tocado vivir.

Si bien es cierto que hemos realizado una Reforma Educativa que no hemos podido llevar a la práctica por las renuencias de las falanges radicales de la CNTE, también lo es que el Estado mexicano no ha tenido la capacidad de imponer el orden entre los rijosos a causa de la incapacidad de los gobernadores de esos cuatro estados a los que me he referido. El abandono de la legalidad se ha dado en la primera y segunda instancia gubernamental, que son las autoridades más cercanas a los centros escolares, y quienes debieron involucrarse y no permitir que el problema adquiriera proporciones que colocan en riesgo la seguridad nacional.

El problema debe centrarse en la falta de la realización de la Reforma Educativa a causa de las tranzas entre funcionarios, maestros y líderes sindicales, a los amagos de la CNTE, al influyentismo sindical, a la corrupción de los funcionarios públicos del sector educativo, y a la que se presenta en las instancias sindicales del magisterio. tan culpables los unos como los otros porque dejaron de hacer y dejaron pasar.

Ser detentadores de la nada honrosa tragedia educativa de México debiera avergonzar a los gobernadores todos, y también al Presidente de la República por saber imponer la ley y el orden. Ser el último lugar en la OCDE quiere decir que aunque se ufanen las escuelas privadas, también tienen culpa en el desastre educativo. Meter a la cárcel a los maestros delincuentes, y evitar que los alumnos delincuentes de las normales rurales entren al sistema educativo podría ser un buen comienzo. Habrá que voltear a ese caudal de profesionistas desempleados que pueden asumir con creces las tareas que el magisterio organizado no pudo hacer. Al tiempo.