Trump en el debate presidencial

 

Donald Trump, estaría ocupando un sitial preferente dentro del debate de los cuatro aspirantes a la Presidencia de México


Por extraño que parezca en principio, no debiera sorprendernos el hecho de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estaría ocupando un sitial preferente dentro del debate de los cuatro aspirantes a la Presidencia de México, una vez consumada la renuncia de la única mujer candidata, Margarita Zavala, este domingo por la noche, en Tijuana.

Y no podría ser de otra manera si los presidenciables debatirían sobre comercio exterior e inversión, sobre seguridad fronteriza y combate al crimen organizado trasnacional y, sobre todo, acerca de los derechos de los migrantes.

Comenzando por el último tema, el candidato oficial José Antonio Meade llega con una especie de banderilla en la espalda que representan negociaciones de última hora entre los gobiernos vecinos, en las cuales al parecer México ya cedió ante las presiones de Washington para aceptar el papel que la potencia le endilga dentro de un llamado Acuerdo del Tercer País Seguro (STCA, por sus siglas en inglés), que es una especie de ampliación de lo que ya nuestro país había aceptado hace años, formar parte del control geográfico dentro del Acuerdo para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (el ASPAN), cuya aprobación ocurría en paralelo con la Iniciativa Mérida, por medio de la cual Estados Unidos entrega una ayuda mezquina a México, pero imponiéndole condiciones en terrenos varios. Esta vez, en el aspecto migratorio, donde el país más débil le haría el trabajo sucio a la potencia mundial frenando los flujos de centroamericanos que buscan trasponer la frontera norte, sí, esos mismos a los Trump llamó “animales” y no seres humanos, por más que quiso enmendar sus propias palabras ofensivas e inaceptables, diciendo que solamente eran para delincuentes de la llamada mara salvatrucha.

Ricardo Anaya amaneció el domingo con unas ocho columnas por haber cometido un plagio a los pocos minutos de que la organización no gubernamental Ángeles sin Fronteras le planteara acciones para impedir que Trump continúe con el muro, para apoyar al Fondo Migrante con mil millones de pesos. Anaya envió mensajes presentando como suya la iniciativa ajena.

Andrés Manuel López Obrador debería pronunciarse en torno a negociaciones que se están dando de último momento con Washington, con personajes que han mostrado debilidad frente al poderoso y que le heredarían –dado que se considera el futuro presidente de México– ataduras muy difíciles de echar para atrás, sobre todo aquéllas en las que se concentran las obsesiones del presidente Trump, como un TLCAN “el peor del mundo” y que, según él, perjudica a su país y sólo beneficia a México y Canadá; la construcción del muro; el papel de filtro, retén, revisión física y documental de los migrantes que pasan por territorio mexicano intentando obtener asilo o simplemente cruzar indocumentados la frontera en busca de trabajo.

Hay mucho qué escuchar del tráfico de drogas, del comercio internacional, del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, de las inversiones foráneas en el marco de la difícilmente modificable reforma petrolera.

Por la posición de México en el mundo, por el qué hacer frente a las eternas apetencias de dominio de nuestro poderoso vecino, las respuestas de los aspirantes harán que se muevan las preferencias en favor del proyecto más independiente. Más allá de bravuconadas como las de “El Bronco”, Jaime Rodríguez Calderón, quien anunció que va a hablarle a Trump “como se le debe hablar”.