Un día de vergüenza

 

Al parecer el gobierno español olvidó la lección de Mahatma Gandhi


El día de ayer, 1 de octubre de 2017, será un día de vergüenza para la historia reciente de España.

En política hay que saber que el tiempo y el espacio son la clave de todo. En política hay que saber que para preservar las leyes es necesario tener la entereza, la capacidad y la valentía de negociar para mejorar las condiciones que se pretende cambiar o desafiar.

Ayer con los errores del gobierno español, presidido por Mariano Rajoy, los partidarios de la independencia catalana y su referéndum separatista terminaron por encontrar a su mejor aliado.

Hay que retroceder más de cinco décadas en la historia de España para poder recordar un día en el que la prensa y la opinión pública internacional estuvieron tan atentas de una acción represiva a cargo de un gobierno legítimamente constituido y democráticamente elegido. Con la diferencia de que los gobiernos españoles de hace 50 años eran los de una dictadura.

Y ahora cuando escuchamos la dialéctica del gobierno español llenándose la boca de que el referéndum catalán no será posible y a su vez 96 por ciento de los colegios electorales se abren en Cataluña; se puede comprender que siempre fue un paso atrás en la política sediciosa e incitadora del gobierno catalán.

Y es que, al parecer el gobierno español olvidó la lección de Mahatma Gandhi, quien demostró que cuando no se tiene el poder, pero sí se cree tener la razón, todo lo que hay que hacer es provocar, provocar y provocar hasta que el poder cometa un error que legitime conseguir lo imposible.

En ese sentido, el poder de España, el democrático, el constitucional, cometió en mi opinión un error fatal que le hará ganar a los independentistas el referéndum de Cataluña.

En los distintos debates en los que he intervenido sobre el tema, he destacado que en democracia por mucho que se vulneren los límites de una ley, siempre es mejor legitimarla que tratar de imponerla a fuerza de policías, golpes y balas de goma.

Aún recuerdo el ejemplo del Reino Unido ante la decisión separatista de Escocia. Y es que, en lugar de prohibirles su intención y enviar a los policías para reprimirlos, simplemente hicieron su trabajo y convencieron a los escoceses de que era mejor quedarse que independizarse.

La vergüenza de unas fuerzas que provienen del orden democrático y no de un orden dictatorial atacando a unos ciudadanos sólo porque quieren votar, es un estigma que costará mucho tiempo superar.

El error del gobierno español le ha dado al referéndum catalán una dimensión y una proyección nacional e internacional sin precedentes.

Y ayer definitivamente por toda la trascendencia que tiene la experiencia española en México, fue también para nosotros un día de vergüenza.

@antonio_navalon