Viene un año difícil

 

Los mexicanos no la veremos fácil en 2018


Si en lo político, 2018 será un año muy difícil para México, la situación será más dura aún en vista de que la economía atravesará momentos más complicados que los actuales. Los mexicanos no la veremos fácil en 2018.

El aumento en la Tasa de Interés Interbancaria a un día al 7.25 por ciento que hace unos días decretó el Banco de México (Banxico) para frenar la inflación –que los analistas estiman que esté año será de 6.56 por ciento–, encarecerá el costo del dinero y aumentará las tasas de interés que las empresas y los particulares pagamos por el dinero que pedimos prestado o el crédito que se nos concede. Idealmente, la medida del banco central contribuirá a detener el ritmo de incremento de los precios, pero también desacelerará el del crecimiento económico, lo cual es el efecto negativo de esta medicina antiinflacionaria.

Para complicar más las cosas, el Congreso estadounidense aprobó ayer la reforma tributaria que Donald Trump prometió efectuar durante su exitosa campaña electoral. Entre los muchos cambios al código fiscal está el que reduce al 21 por ciento el impuesto sobre la renta (ISR) que a partir del 1 de enero deberán pagar las empresas radicadas en territorio estadounidense. Este porcentaje es mayor que el 15 por ciento que había prometido Trump, pero 14 puntos porcentuales debajo del 35 pro ciento que regirá hasta el último minuto del año.

Para los promotores de la reforma, la tasa de 21 por ciento provocará que muchas empresas estadounidenses establecidas en otros países para pagar menos impuestos, regresen al país e inviertan de nuevo en Estados Unidos.

Existe la posibilidad de que empresas mexicanas opten por radicarse en algún estado de la Unión Americana donde no se cobran impuestos corporativos y sólo se pagará 21 por ciento de ISR federal.

Todo lo antes expuesto, junto con la muy probable abrogación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, hará que 2018 sea un año difícil para los mexicanos.

Por si lo anterior no fuera suficiente para desilusionar al más optimista, todo indica que la ola de violencia que viene creciendo desde el año pasado se hará más grande aún durante el año que está por iniciarse dentro de pocos días.

Y la violencia no se suscribirá sólo a la lucha que libran entre sí las bandas de la delincuencia organizada o la que enfrenta a nuestras policías y fuerzas armadas contra los criminales. También podría enfrentar a los militantes de los diferentes partidos, tal como sucedió hace algunos días en la Ciudad de México cuando se liaron a golpes militantes del PRD y de Morena. Por eso, los líderes de los diferentes partidos deben controlar a sus huestes para evitar incontables repeticiones de lo ocurrido el viernes pasado y no complicar un año que de por sí será difícil.

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