Visas no con sentido humanista, sino vulgar espionaje de la CIA

 

Muchas de las visas otorgadas por EU a personas de los siete países terroristas no fueron emitidas por sentido humanitario


Aunque se trató del cumplimiento de un compromiso de campaña, la prohibición de hacer válidas visas a personas provenientes de siete países con dominio político del Estado islámico dejó ver dos problemas: conflictos en la estructura de toma de decisiones de la Casa Blanca y sobre todo afectaciones al sistema de espionaje de la CIA.

El fondo tuvo que ver con el efecto de las restricciones de visas –la mayor parte por sentido humanitario– en el sistema de espionaje. Ayer lunes el exdirector de la CIA (2006-2009) con Obama y director de la Agencia de Seguridad Nacional con Bush durante el diseño y aprobación de las leyes patrióticas de espionaje y anulación de derechos (1999-2005), Michael V. Hayden, publicó un artículo en el The Washington Post para explicar los efectos negativos de la prohibición decretada por Trump.

El principal argumento de Hayden en realidad significó una revelación y hasta una delación: muchas de las visas otorgadas por EU a personas de los siete países terroristas no fueron emitidas por sentido humanitario, sino que tuvieron que ver con la protección de fuentes a aportación de inteligencia para la CIA; es decir, eran espías reclutados.

El exdirector de la CIA dejó entrever que las promesas de campaña no deberían convertirse en decisiones de poder que afectarán estrategias antiterroristas, en este caso el reclutamiento de espías. Hayden reveló información delicada que le habían transmitido un exjefe de estación de la CIA y un jefe en activo de estación, y éste le confirmó: visas a cambio de información. Hayden contó la experiencia con Mohammed Shahwani, un deportista con fama creciente que tuvo que dejar Irak perseguido por Hussein. Cuando Estados Unidos tomó el control del país, Shahwani –“héroe iraquí y estadounidense”– fue enviado por la CIA de regreso a Bagdad para dirigir el sistema de inteligencia después de Hussein. Con la suspensión de visas, quedó sin protección y su familia también.

El Post agregó ayer: “los exsecretarios de Estado John F. Kerry y Madeleine Albright, junto con Leon Panetta y otros altos funcionarios de seguridad nacional, declararon (que la suspensión de visas) ‘socava’ la seguridad nacional y ‘pondrá en peligro Tropas estadounidenses en el campo’”; o sea, la relación visas-espionaje.

La decisión sobre las visas provocó el primer conflicto en el sistema de toma de decisiones en la Casa Blanca y probó que existen mecanismos institucionales que no se pueden aplastar. La información fue publicada también en el The Washington Post: tomada la decisión de evitar la prohibición, el nuevo secretario de Seguridad Interna, general John Kelly, dictaminó la exención de quienes tuvieran visas permanentes o tarjetas verdes de trabajo. Sin embargo, el asesor de estrategia, el todopoderoso Steve Bannon, prohibió esa exención; Kelly, molesto, se negó a atenderlo y le dijo que su cargo no le daba facultades en la toma de decisiones de seguridad.

La crisis interna provocó una reunión de emergencia a las dos de la madrugada del domingo, entre los que estuvieron dos asesores de la Casa Blanca, el asesor de Seguridad Nacional, el secretario de Defensa y un alto funcionario del Departamento de Estado. La queja fue doble: la forma de decidir políticas de gobierno sin consultar a oficinas involucradas y la falta de sensibilidad del primer círculo de Trump para ajustar decisiones “por sentido común”.

La crisis en la Casa Blanca por las visas fue la primera.

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