El autorrescate

 

Aventurarse a pelear y desarmar al secuestrador fue un acto de un hombre valiente. Por eso se debe reconocer al señor Pulido


Alan Pulido es un futbolista al que siempre estereotipamos como un jugador rebelde y problemático. Y no es que al señor Pulido le gusten los problemas y se mantenga entretenido con ellos, lo que pasa es que ha buscado defender lo que considera es su derecho, y eso le causó que sus detractores lo tildaran como un sujeto proclive a crear y generar conflictos.

Y eso fue producto de la forma en que los medios de comunicación reseñaron las vicisitudes que sigue teniendo con el equipo que, presuntamente, era dueño de su carta, y que la realidad es que pretende cobrar esa etapa que ellos llaman de formación, como si hubieran sido quienes aportaran el talento a la naturaleza del jugador.

Y siendo justos, el señor Pulido a sus 25 años, con muchos años por delante como profesional exitoso del futbol, ha puesto la muestra para aquellos jugadores que son utilizados como mercancía y moneda de cambio. Alan Pulido es un hombre valiente y volvió a demostrar que tiene los tamaños suficientes como para seguir manejando su vida de forma exitosa.

Fue secuestrado en su natal Ciudad Victoria y llevado a una casa de seguridad. Para su desgracia las corporaciones que iniciaron su búsqueda no sabían por dónde comenzar porque pese a la desatada delincuencia que hay en Tamaulipas, no tienen siquiera un esbozo de mapeo de la forma en que operan los criminales.

Para decirlo de otra forma, el gobierno no sabe dónde está parado.  En este galimatías de ineficiencia se desarrollaba la investigación de su secuestro, cuando la propia víctima entabla comunicación al número de emergencia y proporciona la posible ubicación donde lo tienen, lo que corroboran rastreando el aparato telefónico.

La policía llegó a rescatar al futbolista que ya se había rescatado solo, porque en un descuido del hombre que lo vigilaba se desató y le quitó la pistola con la que lo amenazaba. De forma por demás peliculesca el señor Alan Pulido logró recobrar su libertad y la aprehensión de uno de los secuestradores. Los restantes que quién sabe qué tanto andaban haciendo seguramente se llevaron una sorpresa al enterarse de la libertad del afamado futbolista.

Aventurarse a pelear y desarmar al secuestrador fue un acto de un hombre valiente. Por eso se debe reconocer al señor Pulido. Pero también debemos reconocer que esto sirvió para enterarnos el porqué Tamaulipas tiene tantos problemas. Y no es por otra cosa que por la ineficiencia de sus funcionarios. Al tiempo.

FF