¿Cambio de régimen?

 

  Un cambio de régimen significa muchas cosas, ente ellas el reemplazo de un régimen político por otro. Pero eso no quiere decir que el llamado “Régimen de la Revolución Mexicana” haya llegado a su fin, porque la referencia del movimiento armado que generó esa institucionalidad de la que hemos gozado durante casi cien años sigue […]


 

Un cambio de régimen significa muchas cosas, ente ellas el reemplazo de un régimen político por otro. Pero eso no quiere decir que el llamado “Régimen de la Revolución Mexicana” haya llegado a su fin, porque la referencia del movimiento armado que generó esa institucionalidad de la que hemos gozado durante casi cien años sigue siendo válida y actual. Para decirlo de otra forma, a menos que exista una transformación de fondo  no podemos hablar de que en México existirá un cambio de régimen, sino una transformación en la operatividad de las instituciones.

Según apuntan los especialistas, un cambio de régimen podría ocurrir a través de una nueva etapa revolucionaria, que no necesariamente tendría que ser armada, o por la intromisión de una potencia extranjera, que en caso geográfico de nuestro país creo que únicamente pudiera ser Estados Unidos, o por un golpe de Estado, circunstancia que se avizora lejano puesto que el ganador de la elección presidencial pasada alcanzó los treinta millones de votantes, es decir, la cuarta parte de los habitantes que tiene México.

La probable consecuencia de una transformación de esta magnitud sería sin duda el reemplazamiento de las instituciones por otro tipo de dependencias más acordes a las necesidades operativas de Andrés Manuel López Obrador, quién detentará la titularidad del Estado Mexicano en el corto plazo, y que ha sido insistente en la necesidad de reemplazar a las instituciones por otro tipo de dependencias que respondan con mayor eficiencia a los requerimientos del país.

Los tratadistas han señalado que un cambio de régimen puede ser precipitado por una revolución o un golpe de estado, pero existen ejemplos que también demuestran que puede ser producto de una negociación política, como fue el caso de la instauración de la “Quinta República Francesa”, o la “Federación de Australia”. Aunque también hay que señalar que los Estados Unidos han estado involucrados en muchos derrocamientos en el Continente Americano, porque ha sido parte de su zona hegemónica.

Engolosinados por el rotundo triunfo de Andrés Manuel López Obrador durante la pasada elección presidencial, muchos de los diputados y senadores del Movimiento de Regeneración Nacional han comenzado a señalar que van por la instauración de un nuevo cambio de régimen político, pero hasta ahora ni han definido qué tipo de régimen ni la manera de comenzar esa transformación, y lo previsible es que todo quede en algunos cambios cosméticas que adecuen las instituciones al propósito de López Obrador.

¿Serán capaces de lograrlo? Desde luego que sí, pero un régimen político no se construye de la noche a la mañana, y mucho menos la eficiente operatividad de las instituciones que se diseñen. El país no puede detener su marcha, y mucho menos estancarse en una etapa de diseño, construcción y transformación. Lo previsible es que exista un reacomodo de atribuciones en las dependencias del Gobierno Federal, porque Andrés Manuel López Obrador no tendrá el tiempo suficiente para instaurar un cambio de régimen ya que le urge dar resultados de la presunta Cuarta Transformación. Al tiempo.

vladimir.galeana@capitalmedia.mx