X, Y, y millennials

 

La adaptación a estas nuevas formas de comunicación es, definitivamente, el mayor de nuestros mayores retos frente a los millennials


Aunque muchos de mi generación titubeamos en este tema es mejor afrontarlo: como las canas y carnes donde antes no estaban, el uso incorrecto de las redes sociales y dispositivos electrónicos, revelan nuestra edad. Y no me refiero a la acumulación de años y achaques, sino a nuestra capacidad de abrirnos al mundo: qué ofrecemos, qué recibimos.

Para las generaciones X y Y, la adaptación a estas nuevas formas de comunicación es, definitivamente, el mayor de nuestros mayores retos frente a los millennials, que el sociólogo estadounidense, Kathleen Shaputis, llamó también “bumerán” o “Peter Pan” porque evitan ritos considerados “pasos obligados” a la siguiente etapa. Retrasan su entrada a la adultez, pues. Pero la “vigencia” de los millennials en su “eterna juventud” pende del control que tienen sobre el mundo virtual. Así, mientras muchos de nosotros nos preguntamos ¿Me quedé fuera por decisión o por omisión?; la velocidad con la que la tecnología parece buscar relevos generacionales amenaza con enterrarnos vivos. Muchos entienden que “lo que resistes, persiste”. Retomando filosofías de cambio y anhelos revolucionarios de sus juventudes, inspeccionan el universo gadget y encontraron una especie de antiedad.

En un “tris” usan para sí, el boom de la TV on demand; los XV de Rubí —el fenómeno en redes— e intercambian opiniones sobre el desaparecido, querido, y respetado Rafael Tovar y de Teresa, sobre temas que vivieron y, por ende, conocen. Con esta nueva dinámica de comunicación, el tejido social también sufrirá cambios. Como el león no es komo lo pintan, se trata de complementar, no de sustituir. Conocimiento adquirido –no solo leído, sino vivido– y los pasos dados en la madurez, incluirán de nuevo a nuestras generaciones en el toma y daca, y en los mercados que interesan a las grandes firmas cibernéticas.