Yo no veo a un presidente derrotado

 

Los priistas saben que si hay presidente tricolor, él decide


Que nadie se engañe: los candidatos del PRI-Verde Ecologista de México a las gubernaturas de Coahuila, Estado de México y Nayarit serán producto de la decisión única y exclusiva del presidente de la República, Enrique Peña Nieto. Es verdad también que los gobernadores salientes serán escuchados, por cortesía política serán atendidos y sus recomendaciones serán altamente consideradas.

Los priistas saben que si hay presidente tricolor, él decide. En 2012 ganó la carrera presidencial el entonces gobernador mexiquense en primer lugar, por la situación trágica en la que dejaba al país –ensangrentada y altamente violenta– el panista Felipe Calderón Hinojosa. Y en segundo lugar, porque no había jefe, no había “líder” que lo parara.

Y tampoco que nadie se engañe: no habrá Malovas, ni Carlos Joaquines, ni mucho menos historias de amenaza de que si no soy yo, me voy a la oposición; los tres estados en juego son eminentemente priistas. Claro que en política siempre existe el riesgo de peder el poder; pero a pesar de los problemas serios que sufrimos, el PRI puede conseguir el carro completo en las próximas elecciones.

Ya lo hemos dicho en este espacio: los triunfos y las derrotas, sobre todo en materia electoral, no son para siempre. Es decir, si el partido del presidente Peña pierde la gubernatura del Estado de México difícilmente podría entregarle la banda tricolor a un tricolor.

También hay otros elementos que se deben considerar: los panistas son especialistas en dividirse y en pelearse por los huesos. Entonces, ¿por qué no pensar en una lucha fratricida entre el calderonismo, representado por Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle? De esa lucha intestina saldrá seguramente un candidato oficial del PAN y otro (a) independiente, lo que atomizará el voto en favor del partido oficial. Bajo el argumento anterior, El Bronco, Pedro Ferriz, Jorge Castañeda y Denise Dreasser le estarían haciendo un gran favor al partido en el poder.

En el caso del PRD, cada día más dividido y con una caballada raquítica, lanzarán a un candidato segundón, que también ayudará a ganar al partido en el poder.

Y como todos sabemos, Andrés Manuel López Obrador será el candidato de Morena; irá solo y con la izquierda muy dividida y con los hombres de empresa en su contra, otra vez arañará Palacio Nacional sin conseguir el objetivo.

Es decir, quien se atreva a asegurar que el PRI de Peña Nieto ya la tiene perdida o no sabe de política, o sencillamente habla con la boca llena de pasión, que lo hace caer en el trabalenguas de la militancia opositora sin razón.

Guarde esta reflexión, respetado lector, y la desmenuzamos juntos los próximos meses; o bien, utilicémosla desde ahora para la discusión inteligente.