Por tortura, posible libertad a autores de desapariciones

 

Fallo a favor de líder de Guerreros Unidos da pie a sentencias similares


La resolución judicial que ordena la libertad para el “líder máximo” de Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias Salgado, podría sentar precedentes para el resto de los coacusados por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

El fundamento para esa liberación es que Casarrubias fue torturado durante su interrogatorio para que se inculpara por el caso de los estudiantes de la Escuela Normal Isidro Burgos, desaparecidos el 26 de septiembre de 2014.

El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) acusó que durante las investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) hubo 17 casos de tortura grave contra los detenidos, entre ellos, Gildardo López Astudillo, “El Cabo Gil”, quien ha tramitado varios amparos por diversas violaciones al debido proceso.

Tras ser asegurado, el 16 de septiembre de 2015, en sus declaraciones ante el Ministerio Público Federal, reconoció la orden de calcinar a los estudiantes. Después se entrevistó dos veces con integrantes del GIEI, ante quienes denunció la presunta tortura a la que fue sometido.

“El GIEI entrevistó en la cárcel en dos oportunidades a Gildardo López Astudillo, quien negó todos los hechos referidos en su declaración y denunció que había sufrido torturas. Asimismo, dijo que dicha declaración fue ensayada y cada vez que se equivocó se volvió a grabar”.

Señaló que de los 80 detenidos en ese momento 77 por ciento, es decir, 66 personas, mostraban lesiones que al ser puestos a disposición del MP no presentaban.

En los 17 casos de tortura grave contra las personas detenidas, se encuentran los policías de Cocula e Iguala, asegurados por elementos del Ejército y Marina, y puestos a disposición del Ministerio Público, que según el GIEI fue donde posiblemente se dieron los abusos.

Otro de los elementos denunciados por el GIEI, es la presencia de Tomás Zerón de Lucio, exdirector de la Agencia de Investigación Criminal, el 28 de octubre de 2014, en las inmediaciones del Río San Juan, donde posteriormente fue localizada una bolsa con restos óseos, presumiblemente de los estudiantes calcinados en el tiradero de Cocula.

Carlos Beristaín, integrante del GIEI, informó que no hay constancia de dichas actuaciones, ni de las evidencias que se recogieron el día que las autoridades acudieron con uno de los detenidos, “El Chereje”, quien supuestamente explicó los hechos.

Testimonio

“Me torturaron, me dieron bolsa, golpes y de estas chicharras, y ya les dije lo que yo sabía. Dijeron tú cooperas y te vamos a echar la mano, yo cooperé en lo que yo sabía…”, señala la ampliación de declaración de Agustín García Reyes, “El Chereje”, acusado del secuestro y homicidio.

“Es mentira como dicen que nos agarraron, se metieron a la casa, me empezaron a golpear y a patear, me subieron al vehículo me vendaron de ojos, pies y manos; me amenzaron que se iban a desquitar con mi esposa e hijas”, refiere la ampliación de declaración de Patricio Reyes Landa, “El Pato”, detenido por la desaparición de los normalistas.