La danza de los hermanos boxeadores

 

El Ballet Nacional de Marsella se presentará en el Festival Cervantino con la pieza Rocco


La relación entre hermanos puede ser compleja. Rómulo y Remo, Caín y Abel, son ejemplos de que el amor fraternal puede transformarse en violencia. Eso lo sabía Luchino Visconti cuando, en 1971, filmó Rocco y sus hermanos, película que sirvió a los coreógrafos Emio Greco y Peter C. Scholten para crear la coreografía Rocco, que un par de bailarines-boxeadores desarrollan en un ring.
La obra, que muestra la plasticidad del boxeo y la violencia de la danza, será ejecutada por los bailarines del Ballet Nacional de Marsella el 22 y 23 de octubre, en la Cancha de Cristal, como parte de la programación de Francia, país invitado de honor en el XLV Festival Internacional Cervantino.
La coreografía, estrenada en Viena en 2011, explora los vínculos entre la danza y el boxeo, que son varios: no es casual que el boxeo de Muhammad Ali fuera considerado una danza o que Cuba sea un país tanto de boxeadores como de bailarines.
Convencidos de que esta disciplina deportiva es una especie de danza en donde son vitales la velocidad, la elasticidad, el ritmo y la fuerza, además de la distancia que separa a los contrincantes, los directores crearon un espectáculo en el que los bailarines devinienen boxeadores y viceversa.
Por otro lado, en el plano dramático, buscaron tejer una historia en la que cada round aludiera a alguna variante de la relación entre hermanos. En la batalla cuerpo a cuerpo los hombres evolucionan y el concepto de virilidad se diluye: pasan de ser hermanos a amantes, de amigos a enemigos.
Greco, bailarín nacido en Italia, y Scholten, director oriundo de los Países Bajos, trabajan en conjunto desde la década de los noventa. En 2009, después de haber montado varias coreografías, fundan y dirigen el ICK Amsterdam (Centro Internacional de Artes Coreográficas de Amsterdam), que es concebido como una plataforma interdisciplinaria e internacional para talentos emergentes y consagrados.
En 2014 asumieron la dirección del Ballet Nacional de Marsella, en el que han establecido dos ejes de trabajo con respecto al cuerpo: “el cuerpo en revuelta”, o el lugar del artista en la sociedad, y “el cuerpo del ballet”, o la búsqueda de un nuevo ballet contemporáneo.