María Barracuda lleva su lado oscuro a la música

La cantante y compositora mexicana Marisela Morales Rodríguez, mejor conocida como María Barracuda,  demostró su interés en la música a partir de los cinco años cuando su abuela le enseñó a tocar el piano.

“Ahora ya no lo toco, pero ella me enseñó y desde entonces me llamó mucho la atención la música. En mi casa todos somos musicales,  incluso mi papá es melómano; sin embargo, siempre he tenido un interés especial por ella”, reconoció.

Con una carrera musical en crecimiento, la vocalista de la agrupación de pop JotDog, asegura que convertirse en artista no ha sido fácil, debido a que la profesión no es bien vista por su familia.

“Me costó un poco de trabajo dedicarme a la música, porque en mi casa los artistas son la peor escoria del planeta. Fue por eso que terminé mi carrera –en Ciencias de la Comunicación– y después me dediqué profesionalmente a la música, aunque desde antes tocaba por las noches en bares”, recordó.

Satisfecha por sus logros artísticos, María consideró que su evolución musical sólo puede ser escuchada con el proceso de composición de sus nuevas canciones.

Al preguntarle acerca de los géneros musicales que actualmente inundan las estaciones de radio, como el regaetón, destacó los logros internacionales alcanzados por la canción en español “Despacito“, sin embargo, reprochó las temáticas misóginas que incluyen ese género.

“Me parece que no debemos satanizar tanto a un género, porque todos tienen sus partes padres. Pero es muy importante el mensaje implícito de las canciones; nosotros, que nos dirigimos a las masas, tenemos una responsabilidad y tenemos que ser conscientes del mensaje que estamos llevando, por lo que no puedes llevar un mensaje misógino en tus canciones”, subrayó.

Entrevistada previo a su participación en el nuevo videoclip del grupo de rock  “Los Moustros del Espacio Exterior“,  afirmó que al escribir sus temas buscar quebrar un poco con el exceso de “optimismo y positivismo” que actualmente inunda a las canciones.

“Trato de explorar mis partes oscuras para llevarlas a la música. De repente siento que me están obligando a estar contenta y no me gusta eso. Me gusta que haya toda la gama de sentimientos en las canciones y no nada más de amor, sino de la vida, lo que no te parece, no te gusta e incluso lo que nos frustra, porque no todo en la vida es bonito”, finalizó.

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