Historia de Naruto, el mono con derechos de autor

 

Un juez determina que el macaco no es dueño de los derechos autorales de la imagen que tomó, pero aún así será compensado


En 2011, el fotógrafo galés David Slater viajó a la isla de Sulawesi, en Indonesia, con la intención de captar imágenes de los macacos de la reserva de Tangkoko. Quería retratar muy de cerca a los monos con un lente gran angular, pero después de tres días ninguno se le acercaba lo suficiente para lograr la imagen que buscaba. Fue entonces que decidió configurar su cámara en modo automático, la dejó encendida en un tripié y se alejó, en espera de que fueron los mismos macacos quienes, intrigados por aquel objeto, se acercaran y se retrataran. Sólo uno mordió el anzuelo. El macaco, que a la postre se le conocería con el nombre de Naruto, se hizo una selfie.
Slater publicó por primera vez la imagen en el libro Wildlife personalities, en 2014. Sin embargo, poco después, se la encontró en la red en blogs y sitios como Wikipedia. Pidió que la retiraran pero una y otra vez recibió la misma respuesta: el mono se había sacado la foto por sí solo y, por tanto, era de dominio público.
El fotógrafo exigió a Wikipedia el pago de derechos de autor, pues dijo que la fotografía le pertenecía, ya que él había invertido mucho esfuerzo en la foto, la cámara era suya y fue él quien tuvo que ganarse la confianza de los monos durante varios días antes de poder acercarse ellos para tomar la selfie. Además, dijo ser ecologista y que el interés en la imagen ya había ayudado a los animales de Indonesia.
A este cóctel se sumó Peta —la organización internacional que pugna por la protección, derechos y trato ético hacia los animales—, que, a nombre de Naruto, demandó al fotógrafo en una Corte de San Francisco, California, para que se le reconocieran al macaco sus derechos autorales. El caso fue catalogado como “Naruto Vs. David Slater”.
El juicio generó múltiples polémicas y debates que iban del nivel más profundo y reflexivo en torno a los derechos autorales, hasta situaciones triviales y cómicas que señalaban que a la muerte del mono sus herederos también tendrían derecho a las regalías. Incluso, Slater puso en duda que Naruto, quien lo demandaba, fuera el macaco retratado, pues aseguraba que se trataba de una hembra y no de un macho.
En 2016, el juez falló en favor de David Slater, señalando que los derechos de autor no tienen validez en los animales. Peta se amparó y llevó el caso a otra instancia legal. La demanda parecía que se prolongaría, pero hace unos días las partes llegaron a un arreglo extrajudicial que pone fin al asunto.
Los derechos se los quedaría Slater, pero aceptó donar 25 por ciento de cualquier ingreso futuro que genere la fotografía a organizaciones de caridad “dedicadas a la protección del bienestar o hábitat de Naruto”.
“El caso histórico de Peta generó un debate a nivel internacional sobre la necesidad de extender los derechos fundamentales a los animales para su propio bien y no en relación a cómo pueden ser explotados por los seres humanos”, manifestó, mediante un comunicado, Jeff Kerr, abogado de la organización protectora de animales.
APUNTE)
ELEFANTE PINTOR
¿Los animales tienen derechos de autor? “No, la ley aclara que se considera como creador de una obra a una persona natural”, asegura el abogado Andrés Ramos, experto en derechos autorales, quien agrega que hay excepciones para personas jurídicas, pero no para un animal. “Por más que un elefante pinte un cuadro, no tiene propiedad intelectual sobre él”, señala. Excluido el macaco, Ramos cree que tampoco Slater es el autor de la famosa selfie, pues él no la tomo.