Eclipse total de Sol maravilla al mundo

 

Teotihuacán vivió momentos ceremoniales mágicos


MARÍA TERESA PÉREZ

Teotihuacán, Méx.- Mé-xi-co, Mé-xico!!! Con este grito grupos de la prehispanidad gritaron al terminar la ceremonia de “La Tortuga”, realizada en la explanada de la pirámide de La Luna en la Zona Arqueológica de Teotihuacán por motivo del eclipse de sol que se registró ayer.

La guardiana de la cultura teotihuacana, Emma Ortega, portando en una charola de madera una tortuga disecada, ataviada con una blusa morada adornada con franjas multicolores y una banda de piel de víbora y cuero amarrado en su cabeza, lideró el contingente de cerca de 50 personas, quienes sonaban los caracoles anunciando su llegada a Teotihuacán, su zona sagrada.

La “abuela”, como se le conoce a Doña Emma, llevó la charola con la tortuga hasta el montículo central de la explanada de la pirámide y colocarla en el centro sobre una manta blanca y una ofrenda.

Los integrantes de los grupos de la prehispanidad, algunos originarios de los pueblos de San Martín de las Pirámides y Teotihuacán, formaron un círculo tomados de las manos y brindaron el saludo a los cuatro puntos cardinales al ritmo de los tambores y caracoles.

Personas que se encontraban en la pirámides para recibir “las energías” de este eclipse de Sol, fueron rodeando el montículo, algunas dejaron en el suelo frutas para ofrecerlos en el ritual.

Las sahumerías purificaban a cada asistente para que en el clímax del eclipse pudieran conectarse con la energía, en el lugar donde los hombres se convierten en dioses.

Y fue en ese momento cuando los asistentes se quedaron en silencio, sólo se escuchaban las notas de los caracoles, los abuelos extendieron sus brazos hacia el sol y cerraron los ojos; los más jóvenes imitaban.

Doña Emma explicó que esta ceremonia de la tortuga se realiza, ya que es un animal ancestral y en su caparazón tiene las 13 lunas del año: “La energía está paralela, y hoy se va a detonar, por eso es importante que todos nos conectemos con nuestra Madre Tierra; la gente, aunque no lo sabe, llega a Teotihuacán, porque está regresando a sus orígenes”.

Para los que les fue ajeno el ritual, pudieron observar el eclipse a través de una piedra circular de obsidiana que su precio oscilaba de los 60 hasta 120 pesos dependiendo de su tamaño sin ningún tipo de riesgo.

Algunos desde la cúspide de la pirámide del Sol, fueron observando el eclipse, aunque por ratos el astro rey, no se podía ver por las nubes.

Al finalizar, apareció el mantra ¡Mé-xi-co Vivo, Mé-xi-co Vivo! Doña Emma llena de júbilo dijo “me estuve preparando para este momento”.

Todo era felicidad para los organizadores y la abuela, la guardiana de la cultura teotihuacana, exclamó “tiahui mexicanos” (“adelante mexicanos) repitiendo una y otra vez hasta que sus fuerzas no pudieron.

En EU también lo disfrutaron

La Luna opacó ayer al Sol en el primer eclipse total en casi un siglo que pudo observarse en las dos costas de Estados Unidos, donde millones de personas miraban con asombro al cielo a través de gafas protectoras, telescopios y cámaras.

El espectáculo natural inspiró propuestas de matrimonio, promovió reuniones familiares y descansos del trabajo para presenciar con asombro uno de los fenómenos más hermosos del cosmos.