Casi 30% de mexicanos sufre restricción del sueño

 

Los trastornos más comunes en el país son el insomnio y la apnea


La cantidad de mexicanos que experimentan una severa restricción del tiempo de sueño es en verdad alarmante y constituye una grave epidemia que debe empezar a resolverse, pues según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2016, este porcentaje se calcula en 28.4 por ciento de la población encuestada, lo que equivale a más de 20 millones de personas en el país.

El doctor Javier Velázquez Moctezuma, académico de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), indicó que otro porcentaje no puede dormir bien porque tiene un trastorno de sueño, alrededor de 50 por ciento, es decir, unos 35 millones de mexicanos, siendo el insomnio y la apnea los padecimientos más frecuentes.

El profesor-investigador del Departamento de Biología de la Reproducción indicó que en las últimas décadas la investigación científica ha revelado que la disminución de horas diarias para dormir está relacionada con un grave deterioro de las capacidades psicomotoras: velocidad de reacción, memoria de trabajo, atención y concentración.

Dicha alteración puede poner al individuo en grave riesgo de cometer errores, involucrarlo en accidentes viales o laborales y aumentar las posibilidades de obesidad, diabetes, síndrome metabólico, hipertensión arterial, problemas de salud mental, entre otros padecimientos o condiciones.

El director de la Clínica de Trastornos de Sueño señaló que existe también un porcentaje importante de la población que, pudiendo descansar bien, no lo hace por cuestiones sociales, fiestas o asuntos laborales (jornadas de trabajo muy extendidas o turnos rotatorios).

“De manera que si acumulamos las cifras anteriores la cantidad de mexicanos que está experimentando una severa restricción del tiempo de sueño es realmente alarmante y constituye una grave epidemia que debemos reconocer y empezar a resolver”, reiteró.

El académico apuntó que las jornadas extendidas de vigilia y estar despierto por más de 17 horas generan un deterioro considerable de las capacidades psicomotoras.

De manera similar, agrega, “si reconocemos el efecto de los ritmos circadianos en el proceso de aprendizaje, los horarios escolares deben cambiar, de lo contrario los niños no estarán capacitados para avanzar en su formación.

“Mientras estamos despiertos nuestro cerebro trabaja y genera desechos que, a su vez, van a entorpecer nuestras funciones. Al dormir, dicho órgano se deshace de esos residuos y mediante éste y otros mecanismos, aquél y el organismo se restauran. Mantenernos despiertos es un desatino”, dijo.