Desastres naturales dejan menos muertes

 

Vulnerabilidad crece por aumento de la población


México logró avanzar en materia de protección civil con la reducción, prácticamente, a cero del número de muertes tras una situación de emergencia; sin embargo el costo por el paso de fenómenos naturales, ha triplicado el impacto económico, político y social.

Mientras que entre 1980 y 1999 los fenómenos naturales le costaron al país 700 millones de dólares, entre el año 2000 y 2014, el costo fue de dos mil 147 millones de dólares, según el Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred).

De acuerdo con el Cenapred, 56 por ciento de los daños y pérdidas calculados entre 2011 y 2015 corresponde al sector carretero.

Además, 40 por ciento de los municipios declarados como zonas de desastre en este periodo registran altos índices de marginación y no cuentan con organismos municipales de Protección Civil ni planes de atención ante emergencias.

“Estos datos dicen que cada año hay más desastres. ¿Por qué hay más desastres si estamos supuestamente mejor preparados?, porque sigue creciendo la población, los bienes expuestos, siguen creciendo las vulnerabilidades”, aseguró Enrique Guevara Ortiz, director general del Instituto de Investigación y de Estudios sobre Alertas y Riesgos.

Afirmó que el país no logra resolver el problema de fondo, el cual consiste en no crear nuevos riesgos. Las decisiones políticas y económicas elevan las vulnerabilidades en las zonas de riesgo, sentenció.

Guevara Ortiz, quien fuera director general del Cenapred, reconoció que si bien el Estado mexicano ha evitado muertes en las últimas dos décadas, el crecimiento desmedido de población, especialmente en zonas de alta sismicidad o vulnerables en el paso de ciclones y huracanes, eleva el nivel de riesgo ante cualquier fenómeno natural.

El riesgo crece cuando el crecimiento de zonas urbanas contribuye a la deforestación y a que haya más laderas susceptibles de deslaves y desgajamientos.

Las regiones costeras del país son particularmente más débiles ante los embates de meteoros como ciclones y huracanes y, de acuerdo con el Atlas Nacional de Riesgo, los efectos negativos aumentan en el litoral del Pacífico, donde además se presentan sismos y tsunamis.

A esto debe agregarse que si bien la autoridad informa permanentemente sobre el paso de fenómenos naturales que pueden ocasionar desastres, a veces sólo “suben información para aparentar que trabajan, pero es información que no sirve”, advirtió Raúl Cantón, consultor en Protección Civil.

Para el especialista, no es suficiente difundir en medios tradicionales la información técnica, sino que que debe haber una explicación clara y sencilla sobre lo que la población debe hacer.
Para Enrique Guevara Ortiz, director general del Instituto de Investigación y de Estudios sobre Alertas y Riesgos, la sociedad también debe tomar mejores decisiones sobre los sitios donde quiere vivir o ir de vacaciones para no exponerse.

“Quienes han vivido de manera recurrente fenómenos adversos, de alguna manera se fortalecen y crean estas capacidades de respuesta; pero para quienes no viven cotidianamente un fenómeno representa una difícil crear esa resiliencia” o capacidad para recuperarse, agregó.

FF