El huapango, ese gran influyente

 

Es uno de los géneros tradicionales más influyentes


MAURO GARCÍA VELÁZQUEZ

Basado en los cantos flamencos, fandangos, fandanguillos y peteneras, el huapango, también conocido como son huasteco es un género musical nacido en el siglo XVI, durante la Colonia, y que se asentó en la región conocida como Huasteca, que comprende los estados de Hidalgo, San Luis Potosí, Tamaulipas y Veracruz, así como pequeñas regiones de Guanajuato y Querétaro.

Más vivo que nunca, este ritmo bailable ha trascendido sus fronteras primigenias para alegrar también zonas aledañas a la Huasteca, como la sierra Norte de Puebla y el valle del Mezquital, en Hidalgo, así como la sierra Gorda queretana.

Violín, jarana y quinta huapanguera componen la dotación instrumental necesaria para tocar el huapango, palabra que, de acuerdo con algunos investigadores, proviene del náhuatl y quiere decir “sobre el tablado”.

De acuerdo a las melodías, este género se divide en tres vertientes: el son de costumbre –de ascendencia indígena, se toca sobre todo con fines rituales, y es por lo general, instrumental, pues raramente lleva letra–, el son huasteco –piezas cuya letra varía conforme el momento cuando se toquen, como “El Caimán”, “El Caballito” y otras–, y el huapango –canciones con letra invariable, como “Las tres Huastecas”, “El Framboyán” y “El Huerfanito”–.

El huapango es uno de los géneros tradicionales mexicanos más influyentes, tanto así, que grupos de rock, como Café Tacvba, lo han integrado a su repertorio.