Especial Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo

 

En 2001, la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) decidió proclamarlo el 10 de noviembre


Para muchos, la ciencia puede parecer algo muy lejano, sin embargo, expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicaron que esta actividad resulta mucho más importante de lo que muchos consideran.
“Los desarrollos científicos van más allá de inventos inútiles o de ambiciones, como nos hacen ver en los cómics y en las caricaturas, donde el clásico científico es el tipo loco que quiere dominar al mundo”, subrayó el profesor de la Facultad de Química de la UNAM, Benjamín Ruiz Loyola, respecto al Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo.
En 2001, la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) decidió proclamarlo el 10 de noviembre, bajo la tesitura de que los ciudadanos deben de estar informados sobre los avances científicos que permitan construir un futuro sostenible.
“La ciencia normalmente tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida de la humanidad, en primera instancia; del planeta, en segunda, porque la humanidad tiene que aprender a vivir en paz y lo que hacemos los científicos es precisamente buscar la paz”, resaltó el químico de la UNAM.
Cuando hablamos de paz, añadió el profesor, no nos referimos a aquella que se busca ante un conflicto armado.
“No puede existir la paz por el mero hecho de que en algún lugar determinado no haya un conflicto armado”, señaló.
Indicó que hay naciones que no están en guerra, como la nuestra, pero no significa que esté en paz. “No podemos decir que hay paz mientras una parte del mundo carece de potable,  no todo mundo tiene acceso a alimentación nutritivamente adecuada, o la mitad del mundo tenga un techo donde dormir. Entonces la paz es algo más que simplemente pelearse con alguien”, aclaró.
Respecto al desarrollo científico, el investigador y creador del programa “Ciencia para la paz “, comentó que debe permitir mejores condiciones de vida para el ser humano, sin ir contra el medio ambiente.
“Deteriorar el medio ambiente es deteriorarnos a nosotros mismos porque afectamos el entorno que nos rodea”, afirmó.
Destacó que muchas aportaciones científicas se desarrollaron durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), entre ellas, varias en materia de salud, por mencionar un ejemplo.
“El desarrollo de tecnología para el tratamiento de quemaduras y el desarrollo de antibióticos e injertos de piel sintética, todo esto tiene su origen en un campo de batalla; pero tiene su aplicación en la vida cotidiana”, afirmó.
El experto en armas químicas, Ruiz Loyola, descartó que México cuente con tecnología militar en actividades pacificas y de desarrollo.
“No es que sea una actividad diseñada especialmente para eso, sino que la paz y el desarrollo serán consecuencia directa o indirecta de las actividades científicas”, expresó.
En el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, el investigador de la UNAM aprovechó para demandar mayor presupuesto para la ciencia y la tecnología.
“Tenemos sexenios exigiendo que se cumpla una normativa internacional, la cual pide que el gobierno dedique a ciencia y tecnología ocho por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y en este país no llegamos ni siquiera a 0.5 por ciento”, concluyó.