¿Cómo era el fin de año en la época prehispánica?

Calendario Azteca. Foto: Cuartoscuro. 

En el mundo mesoamericano sí había festejo aunque los calendarios eran distintos a como los conocemos ahora


La navidad y el año nuevo son fechas que se celebran en prácticamente todo el mundo. La occidentalización de la cultura ha hecho que la fiesta se torne católica, principalmente en navidad, el 25 de diciembre, cuando se conmemora el nacimiento de Jesucristo.

El año nuevo es el término de un ciclo y el inicio de otro en función de los calendarios utilizados. El más común, el gregoriano (instaurado por el Papa Gregorio XII en 1582), marca como fecha clave el 1 de enero.

Pero, ¿cómo eran las celebraciones de estas fechas en la época prehispánica en México? ¿había tal celebración?

Calendario Azteca. Foto: Cuartoscuro.

Para comenzar, se debe establecer que el calendario en aquellos tiempos era totalmente diferente al que existe en la actualidad. Los aztecas (cuyo esplendor se dio en el siglo XV), por ejemplo, celebraban el solsticio – el fenómeno natural en el que el sol “no se mueve”- como el nacimiento de un nuevo ciclo.

En aquel entonces, los mexicas celebraban a Huitzilopochtli, la principal deidad azteca, el Dios de la guerra que estaba asociado al Sol.

El Panquetzaliztli, el décimo quinto mes del calendario náhuatl, era la fiesta principal de los aztecas y duraba los veinte días de aquel mes.

Según la mitología, durante este periodo se rememoraba la victoria del Dios Huitzilopochtli sobre su hermana mayor Coyolxauhqui (la Luna) y sus hermanos (las estrellas).

En la celebración se hacia una figura gigante de maíz tostado y la presentaban al pueblo de Tenochtitlán. Se cree que en esta ceremonia había varios sacrificios humanos.

Los ritos para dar la bienvenida a un año se repiten en diferentes culturas e, incluso, trascienden el tiempo. De manera particular, entre las culturas mexica y maya, las festividades al igual que hoy en día comprendían la preparación de platillos especiales, ritos corporales, limpieza del hogar, bailes ceremoniales y, en general, el desecho de lo viejo.

Maqueta de Tenochtitlán. Foto: Cuartoscuro

En aquel entonces (mundo mesoamericano) las civilizaciones se regían por un calendario conformado por 18 meses de 20 días, más cinco sobrantes (mes corto) pero iniciaban el año en fechas distintas; en el caso de los aztecas era aproximadamente entre febrero y marzo.

“De acuerdo con el calendario mesoamericano, el mes de 20 días que precedía a los Nemontemi (mes corto o cinco días aciagos) marcaba el fin de año entre los mexicas, dicho mes, era conocido como Izcalli, coincidente con el mes de enero, refiere la doctora Yólotl González Torres, del INAH, en su página de Internet.

Según la especialista, la fiesta de culminación de un ciclo se realizaba en honor al Dios del Fuego, Xiuhtecuhtli, quien era el encargado de la regeneración del mundo (en la cosmogonía mexica).

“Jóvenes de distintos barrios o calpullis, iban de caza y entregaban lo obtenido —principalmente sabandijas y animales pequeños— a los sacerdotes, quienes a su vez ofrendaban al fuego. También se repartía un tipo especial de tamal y además, a final de año, interpretaban un baile como en casi todos los meses”.

Otro dato curioso es que solía “estirarse” a los niños con la idea de que llegarían a ser adultos grandes y fuertes. Asimismo se les practicaba una ceremonia de oradación (perforación de las orejas), y les daban de beber pulque en unas tazas pequeñas… era como una especie de bautizo pues contaban con “padrinos”, refiere la investigadora.

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FF