Investigan microalgas para producir energía

 

Los especialistas hallaron que las bacterias marinas producen un gas capaz de generar electricidad


Las bacterias marinas, así como diversas microalgas de la zona costera yucateca, pueden ser fuente de energía pues tienen potencial para degradarlas a materia orgánica e hidrocarburos, según estudios de especialistas del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY).

Asimismo, tales elementos naturales destacan por su capacidad para generar energía eléctrica a partir de la remoción de compuestos orgánicos y sulfato.

La investigadora de la Unidad de Energía Renovable del CICY y líder del proyecto, Ruby Valdez-Ojeda, explicó en entrevista que las condiciones de la costa son propicias para la proliferación de microorganismos debido la acumulación de residuos orgánicos que impera en la zona de Yucatán.

Por ello, investigadores en la unidad a su cargo, así como del Cinvestav-Unidad Mérida y del Ecosur Chiapas, ya estudian el potencial energético de los microorganismos, al partir del conocimiento de la identificación de bacterias y microalgas marinas.

“Se escogieron tres zonas de estudio: los puertos de Sisal y Dzilam de Bravo, ubicados en la desembocadura del anillo de cenotes en Yucatán, y Progreso, que por su intensa actividad turística es atractivo para la proliferación de microorganismos”, expuso.

“Las descargas al acuífero provenientes de las actividades antropogénicas, turísticas y pesqueras enriquecen los sedimentos y el agua con nutrientes suficientes para la proliferación de microorganismos”, indicó.

El estudio de caracterización fisicoquímica del hábitat de los microorganismos se condujo en épocas de lluvias y de secas y, posteriormente, éstos se cultivaron en condiciones adecuadas para evaluar su potencial para producir bioenergía.

La especialista comentó que los investigadores hallaron que las bacterias sulfato reductoras (BRS) además de producir sulfuro de hidrógeno, “también tienen la capacidad de generar energía eléctrica a partir de la remoción de compuestos orgánicos y sulfato a través de celdas de combustible microbianas (CCM)”, agregó.