La cineasta que retrata a la mujer contemporánea

 

Julie Delpy ha dejado atrás a la musa que inspiró a Kieslowski


POR JAVIER PÉREZ, PARA LA REVISTA CAMBIO DE CAPITALMEDIA

Todo empezó como un juego. Julie Delpy (1969) y su coguionista Eugénie Grandval bromeaban sobre la relación que tendría en 15 años la propia Julie con su hijo de seis. Eso les dio pie a imaginar una historia sobre una pareja inusual –ella del mundo de la moda y él, un tipo sencillo de la provincia–cuya relación se vería afectada precisamente por la incómoda presencia del muchacho. “Era un argumento sencillo con personajes, situaciones y diálogos chistosos”, dice Delpy, actriz que participó en la trilogía Before de Richard Linklater y que ahora dirige Lolo, el hijo de mi novia.

La historia sigue a Violette (Delpy), parisina sofisticada entrada en sus cuarenta que tiene una sólida química con Jean-René (Dany Boon), un geek de la provincia a quien conoce casualmente durante sus vacaciones de verano en la provincia y que tres meses más tarde se mudará a París, donde continuarán su relación. Sus contextos sociales diferentes no hacen las cosas fáciles, como tampoco el hijo de 19 años de ella, el Lolo del título (Vincent Lacoste, para quien Delpy escribió el papel). “Él es maliciosamente manipulador. Siempre he disfrutado retratar personajes neuróticos. Incluso, disfruto filmar personajes psicóticos. Conozco a mucha gente así. No me parecen divertidas en la vida real pero en las películas tienen algo que me hace reír mucho”.

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Violette, en cambio, es una mujer exitosa profesionalmente pero insegura en sus relaciones amorosas. “Era importante sentir su debilidad y su vulnerabilidad. Pero ser bueno en lo que haces y vivir en un departamento lujoso no significa que seas exitoso en tu vida privada. A Violette definitivamente le falta algo; ella ha pasado su vida trabajando y cuidando a su hijo. Aunque entiendas que él siempre ha sido difícil, ella no ha hecho mucho por hacerlo más fácil. Todavía es la madre cuidadosa que le prepara el desayuno. Como una referencia a Freud, los dos huevos que le sirve son una reminiscencia a un par de senos”.

Violette y su amiga Ariane (Karin Viard), quien también tiene una hija pero en un contexto distinto, hablan de sexo de una manera franca. Esa forma, dice Delpy, deriva de su educación y de su estilo de escribir. “Crecí leyendo revistas satíricas como Charlie Hebdo y Hara Kiri. Cuando tenía seis, leí el cómic Gros Dégueulasse, de Reiser. Era muy obsceno y corriente, pero al mismo tiempo ingenioso y divertido y nunca completamente vulgar. Yo disfruto ir un paso más allá y ser atrevida sin ser vulgar. Es mi estilo de escritura. Vivimos en una época donde estamos más y más atados por códigos de lenguaje y corrección política. Eso no vuelve a la gente mejor. Temer a las reglas y el fascismo están de moda de nuevo”.

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En Lolo, el hijo de mi novia Delpy quiso mostrar que el amor no siempre se encuentra donde uno espera, sino que la gente se enamora a la edad en la que “de algún modo se ha vuelto más sabia. Cuando llegas a los 40, si te sientes bien contigo misma y tienes suerte de encontrar un alma hermosa, no te duermas en tus laureles. Eres menos apasionada, pero tienes más los pies en la tierra. Es más saludable”.

Y también critica la forma en que los parisinos ven a la provincia a través del personaje de Jean-René, a quien pinta de ingenuo pero nunca como un tonto. “Para un parisino, ¡Biarritz es el campo! Los parisinos a veces tienen unas ideas muy locas sobre los provincianos. De cualquier forma, todo está exagerado en la película”.

Delpy construyó a los personajes de Violette y Ariane como mujeres empoderadas, tal y como ella misma. “En esta profesión, me di cuenta rápidamente que sólo podría depender de mi trabajo. Soy una persona muy honesta y no puedo hacerme publicidad, como mandar notas de agradecimiento, ir a fiestas sofisticadas o salir con gente que no me agrada. Yo pongo atención a (Jean-Luc) Godard, quien cuando se estrenó Detective me escribió una carta que decía: ‘Sigue tu propio camino. Tú eres el río y ellos son dos orillas tratando de encauzarte y trivializarte’. Elegí ser fiel a mi propia visión y tomé una actitud de que era mía y de nadie más”.

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Julie Delpy ha dirigido seis películas (todas escritas por ella), en las cuales también ha actuado. “De otra forma, yo no podría conjuntar la película. El hecho de que yo actúe en ella le pone el tono y la dinámica. Me di cuenta en los sets de Two Days in Paris y Two days in New York. Soy la fuerza conductual. Pero también me encanta estar sólo en la silla del director: es extremadamente disfrutable”.

Ella dice que ha tratado de encontrar el balance adecuado para sacudirse la rigidez de trabajar en los métodos del cine estadounidense, del que indudablemente está influenciada porque vive en Los Ángeles. “Yo soy directa y no puedo quedarme a inventar sino que planeo cada toma con precisión. Pero una vez que estoy en el set y me doy cuenta, o alguien me ayuda a darme cuenta, que hay una mejor opción, nunca dudo en reconsiderar. Filmar es un trabajo de equipo de principio a fin. Me gusta la gente que trabaja duro sin que se ponga histérica por nada. Trato de hacer lo mismo: hacer mi trabajo decentemente y seguir abierta a las sugerencias. No tengo ningún método. Cada actor, cada día, cada escena son diferentes e intento adaptarme”.

A Delpy, quien junto con Ethan Hawke escribió los guiones de las películas que siguieron a Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y Antes de la medianoche (2013), se le ha comparado con Woody Allen. “Tenemos muchas neurosis en común: nuestra obsesión por la muerte y el sexo y una especie de bulimia creativa. Desafortunadamente soy mujer y mis proyectos a menudo no pueden arrancar por cuestiones financieras: en Estados Unidos ser mujer, incluso hoy, tiene un costo. Se te permite hacer comedias románticas, pero no comedias de guerra. Y sí, escribí ‘mi Bananas’ (la película de Woody Allen de 1971 que es sobre un tipo que va a un país latinoamericano y participa en una rebelión). Kathryn Bigelow (Zona de miedo, 2008) es una de las pocas mujeres que puede hacer una película sobre la guerra de Irak. Pero tuvo que luchar 40 años para alcanzar esa meta. Francia es mucho más avanzada”.

Julie Delpy trabaja en un proyecto de aventura en el cine estadounidense y desarrolla una serie de comedia sobre mujeres en sus cuarenta.

Con información de Cinemas Nueva Era

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