Las emociones, causa de gastritis, migrañas y colitis

 

Ansiedad, preocupación excesiva, medio ambiente y estilo de vida influyen de manera significativa


Diversos factores pueden llevar a las personas a caer en una crisis emocional. Ansiedad, preocupación excesiva, medio ambiente y estilo de vida influyen de forma significativa; incluso algunas vivencias pueden tener, con el paso de los años, un efecto marcado.

Nuestras emociones tienen un componente visceral tan importante que afectan el organismo, lo que puede ocasionar, entre otros males, gastritis, contracciones musculares o crecimiento de glándulas suprarrenales. La relevancia de su impacto es tal, que investigadores del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina se dan a la tarea de averiguar la forma en que ciertos sentimientos, como el odio o el amor, influyen en nuestro cuerpo.

Los llamados trastornos psicosomáticos son aquellos en donde un estado anímico mal resuelto genera manifestaciones orgánicas como gastritis, colitis, algunas formas de migrañas o tensión muscular crónica. Son problemas de desajuste en esos mecanismos porque la gente maneja equivocadamente la ansiedad, explicó el médico en psiquiatría y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Rafael Salin-Pascual.

Se ha descubierto, dijo, que las regiones del cerebro relacionadas con el odio son las mismas que se activan cuando una persona experimenta amor romántico, lo que no es sorprendente, pues ambas pasiones pueden conllevar actos irracionales y agresivos.

Sin embargo, la diferencia fundamental radica en que con el amor se desactivan las partes de la corteza frontal relacionadas con el juicio y el razonamiento, mientras que el odio sólo es capaz de desactivar una pequeña parte.

La cercanía de esos sentimientos es más interesante y cobra mayor relevancia si se considera que explica lógicamente por qué puede oscilarse de forma sencilla entre las dos emociones cuando se está inmerso en una relación así.

En ese sentido, Salin-Pascual comentó que no hay un sistema para cada sentimiento porque son multicerebrales. “El odio, por ejemplo, es un hambre que nunca se acaba y lleva a que la gente desarrolle una serie de estrategias para lograr un objetivo como la venganza. Es el origen de las grandes tragedias”.

El odio, la venganza y los celos son negativos y no tienen una raíz netamente biológica, pues el entorno social es el que contribuye.

El amor romántico es también cultural y se monta en sistemas de empatía y confianza. Se sabe que la hormona oxitocina, que se libera desde el hipotálamo, interviene en la lactancia, durante el coito y en el trabajo de parto, pero no sólo se produce en las mujeres, sino también en los hombres cuando desarrollan una relación afectiva. Se le ha llamado “la hormona del amor”, concluyó Rafael Salin-Pascual.

 

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JCS