Lo bautizaron como Mauricio, siempre fue Ophelia

 

La modificación en las actas de nacimiento son un claro avance


AUTOR DEL TEXTO ORIGINAL EN REPORTE ÍNDIGO: AZANETH CRUZ

La luz al final del túnel se puede alcanzar. El rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta levantan el color de una bandera que celebra, este junio, una batalla más.

En el mes del #OrgulloLGBTTTI, que culminará con una marcha este sábado en el Zócalo de la Ciudad de México, miles de asistentes celebran que algunas guerras pendientes se están convirtiendo en batallas ganadas.

También festejarán que muchas personas están informándose sobre los derechos en los documentos legales para hacer el cambio de identidad y con ello el cambio legal y real que les permitirá ser reconocidos y defender su integridad.

Para esta nueva comunidad de transexuales se trata de borrar las lagunas legales, los prejuicios de la sociedad y los miedos individuales que no los dejan avanzar.

“A los 28 años, en una fiesta y entre el desmadre del lugar, terminé con un vestido puesto. Me miré en el espejo y pensé: ‘pareces un hombre con un vestido de mujer, que ¡vaya!, es lo que era”, confiesa Ophelia Pastrana, comunicadora.

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La inconformidad con un cuerpo, con su identidad, la catalogación de una sociedad que estereotipa y clasifica todo lo que a su vista no es igual, la falta de respeto a su persona, a sus derechos y a su libertad, son factores que libra dicha comunidad cada día, cada segundo y cada respiro que da.

Las cosas no son sencillas. Aún con el trámite implementado por la Consejería Jurídica de la Ciudad México que le permite a cualquier habitante del país cambiar su identidad y nombre para ser reconocido oficialmente con el género con el que se identifica, el problema actual no se resuelve con facilidad una vez saliendo de la capital.

Por otra parte, no todo radica en la autoridad, pues uno de los retos más grandes de acuerdo con Ophelia se encuentra en enfrentarse al mundo con esa nueva identidad, con las propias inseguridades y con lo que cada uno decide vivir.

“Si te ves como mujer te van a tratar como mujer. Si te ves como un hombre te van a tratar como un hombre. Si tú no estás dispuesta a decir abiertamente que eres ‘trans’ vas a tener muchos problemas”, comenta.

 

En México, todos los estados e instituciones tienen un acercamiento diferente con el tema de los cambios y el respeto a los derechos de la comunidad LGBTTTI que es igual a los demás.

La modificación de identidad y nombre en las actas de nacimiento son un claro avance para la comunidad, sin embargo, no representa nada para quienes los miran como desiguales y no están dispuestos a permitir las diferencias que se encuentran en el “heteropatriarcal”.

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“Imagínate que envías una solicitud de trabajo a una empresa en Mazatlán en la que sólo se aceptan mujeres y tus documentos dicen que eres hombre. Una de dos, puedes obligar a la empresa a no discriminar por ‘sexo y género’ o de plano obligas al Estado a que cambie tus documentos”, ejemplifica Ophelia para demostrar que a veces en la sociedad “un papel” te ampara en ese tipo de situaciones, que involucran defender tus derechos.

Para la comunicadora y también Física de profesión, el cambio de identidad en el acta de nacimiento es un proceso obligado al que deberían ser sujetos todos los estados de la República Mexicana, pues una vez salidos de la Ciudad de México, lo “bueno” apenas comienza.

“Al ser aceptado dicho ‘documento legal’ sólo en la Ciudad de México, para las personas de los Estados se convierte ‘el cambio de identidad’ en un proceso complejo”, afirma Pastrana.

La comunicadora fue reconocida el 19 de junio de este año por la revista Forbes, como una de las 100 mujeres más poderosas de México en 2017.

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Pastrana tiene actualmente sus documentos con dos nombres, el de Mauricio y el de Ophelia, su nombre actual.

Al ser una figura pública, la comunicadora expresa que ha recibido propuestas de las autoridades para generarle un “acta de nacimiento mexicana” e incluso darle “pase rápido” a otras situaciones más, siendo diferente la circunstancia que pinta para otros transexuales del país.

Ante ello, Ophelia ha decidido no cambiar su documentación de nacimiento y hacer los trámites como cualquier persona normal.

“La construcción de género es una construcción que se hace por la parte de la sociedad. Para que el cambio de identidad en el documento legal se pueda realizar sin complejidad, se necesitaría tener otras medidas que apliquen en cualquier lugar”, explica Pastrana.

A los ojos de la comunicadora colombiana son muchos los conceptos que se deben separar para que se trate a todas las personas por igual.

“Cuando me cuestionan porque mi pasaporte está a nombre de Ophelia y mi visa a nombre de Mauricio Pastrana, yo le doy vuelta respondiéndoles ‘que soy trans y que entonces tengo dos nombres’, después de ello, la gente entiende que es una complicación legal”, dice.

En un resumir de cuentas, para Ophelia es asumirse con lo que uno se identifica, sin miedos, sin prejuicios, pues es en esa medida en que los demás te terminarán por respetar.

“Como individuos, con tal de discriminar encontramos cualquier excusa. Siempre he creído que hay que desconectar la relación entre algunos términos, por ejemplo: violencia y género. Es como decir que separamos a las mujeres de la violencia en el transporte público porque la sociedad cree que los hombres son malos, cuando lo que hay que hacer, es separar a la población violenta de la población buena”, comenta Ophelia.
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GG