“Rius, valiente, aquí está tu gente…”

 

Despiden en el Museo del Estanquillo al monero Eduardo del Río


El mal clima no impidió que la tarde de ayer decenas de seguidores, familiares y amigos se dieran cita en el Museo del Estanquillo, de la Ciudad de México, para despedir a uno de los personajes claves en la historia de la cultura popular contemporánea, el caricaturista mexicano Eduardo del Río “Rius”, quien falleció la madrugada del lunes a los 83 años en Tepoztlán, Morelos.
“Mi papá siempre había rechazado todo tipo de homenajes pero nos dio permiso de hacer uno cuando muriera. Él siempre dijo que el mejor homenaje que le podemos hacer es leer sus libros y creo que sigue teniendo razón. Léanlo mucho y no se pongan tristes. Una cosa que nos dejó muy clara es que hay que tomar con las cosas con humor”, expresó Citlali del Río Flores, hija del monero.
Entre aplausos, anécdotas y risas la urna dorada con las cenizas del historietista y escritor michoacano permaneció resguardada por coronas de rosas blancas y una imagen, que en lo alto mostraba su eterna contemplación hacia su próxima crítica.
“El colmo de un ateo es irse al cielo y Eduardo del Río ‘Rius’ se ganó a pulso su entrada al paraíso, pero no aspiraba ir allá. Entre otras cosas, nunca tuvo muy buenas relaciones con Dios. Antes de terminar la primaria fue inscrito a un seminario religioso en el que estaban prohibidos varios libros ajenos al dogma católico, entre ellos según cuenta el propio ‘Rius’, La Biblia”, narró de manera jocosa Rafael Barajas “El Fisgón”.
Por su incansable postura crítica ante el poder y las estructuras económicas, plasmado en sus más de 100 libros publicados, sus adeptos lectores vitorearon porras en el cuarto piso del museo que decían: “Rius, valiente…, aquí está tu gente” o “Rius para siempre”.
Al homenaje-despedida del creador de Cuba para principiantes, La invención del cristianismo y Quetzalcóatl no era del PRI se sumaron las palabras del secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín, así como de la directora del INBA, Lidia Camacho Camacho, quien reconoció su labor como divulgador de aquellas temáticas que estaban alejadas para un gran público, “pero que con su gran ironía las hizo interesantes y asequibles”.
“Se ha ido un rebelde que nos deja un legado, el cual es no dejar de pensar críticamente el mundo, no dejar de reírnos también y tener humor ante nuestras tragedias, porque el humor no significa darle la vuelta, sino una forma de enfrentarlas”, afirmó Vázquez Martín.
Los asistentes al homenaje recordaron al ilustre caricaturistas dejando rosas a un costado de su urna.