¿De dónde viene el Xoloitzcuintle?

Xolos en el Zócalo de la CDMX. Foto: Cuartoscuro 

En torno a esta apacible raza de perros mexicanos giran muchos mitos


El Xoloitzcuintli, en náhuatl, o Xoloitzcuintle, ya castellanizado, es una raza de perro de origen prehispánico, alrededor de la cual han girado diversas historias y mitos.

Se tiene registro, según las crónicas del español Gonzalo Fernández de Oviedo (1478-1557), que en las Indias, o el nuevo mundo, coexistían con los lugareños unos “perritos pequeños, algunos pelones y mudos… jamás ladran, ni aúllan, ni gruñen”.

Fray Bernardino de Sahagún (1499-1590) escribió que en el mercado de Acolman se ponían a la venta cientos de perros pelones y algunos historiadores coinciden en que Moctezuma llegó a tener 100 ejemplares, cada uno cuidado por un mozo.

Actualmente la raza, que ha sufrido diversos cambios a través de los siglos, principalmente por las cruzas con otras razas caninas, es considerada patrimonio e icono de la Ciudad de México.

En agosto de 2016 el mandatario capitalino, Miguel Ángel Mancera, declaró al Xoloitzcuintle como el icono de la gran urbe en un evento en el Zócalo, a petición de la Federación Canófila Mexicana.

En Capital Media desentrañaremos la historia, el significado, los mitos y la trascendencia de esta raza de perros que, como todas las demás, criollos incluidos, merecen nuestro cuidado y respeto.

Xolo en parque de la Condesa. Foto; Cuartoscuro

El significado prehispánico del Xoloitzcuintle 

Esta raza de perros data de aproximadamente 8 mil años y se convirtió en el animal más cercano al hombre prehispánico.

La palabra Xoloitzcuintle proviene del vocablo Xolotl (Dios Xolotl) e Itzcuintli (perro, paje). Al perro se le consideraba un animal sagrado (en la mitología mexica) pues se creía que acompañaba a sus amos hacia al inframundo, por lo que eran enterrados con ellos.

Xolotl es el Dios con forma de perro y sin pelo que se metamorfoseaba en varios animales, uno de ellos el axolotl.

En la mitología, Xolotl es el hermano gemelo de Quetzalcóatl, una deidad oscura que está asociada a lo anormal y monstruoso. El códice Magliabecchiano revela que fue uno de los patronos del juego de pelota donde su imagen era colocada en el Tlacti (cancha) donde se efectuaba el enfrentamiento de vida o muerte.

Representación de un perro Xolo en un tatuaje. Foto: Fernando Franco

El Xoloitzcuintle en la actualidad y sus cruzas

Actualmente, y naturalmente, esta raza de perros ha sufrido una serie de transformaciones debido a las cruzas con otros ejemplares.

Si los perros no ladraban y no gruñían, hoy lo hacen, si no tenían nada de pelo, hoy lo tienen.

El “Xolo” nace sin pelo debido a que su raza es portadora de un gen dominante recesivo el cual causa una displasia dérmica en la piel que además causa una hiperpigmentación en la misma.

Por esta misma razón, los perros de esta raza carecen de algunos dientes premolares y algunos incisivos con los cuales nacen pero los cuales pierden al mudar o con el paso del tiempo.

En cuanto a otros perros sin pelo, la Federación Canófila Mexicana refiere que hay varias razas en el mundo que se catalogan de acuerdo a su región de procedencia: en Argentina los llaman Pila, en Perú Inca peruano u Orguidea, en Paraguay, Yagua y en China Crestón chino o crestado.

Actualmente hay decenas de criaderos de esta raza como Xolos Tarango, en cuya página web se puede leer que su propósito es conservar la pureza racial del perro mexicano que hasta hace poco se encontraba en peligro de extinción.

Es común ver a jóvenes, acompañados de estos apacibles perros, en parques de la colonia Roma, Condesa y Coyoacán de la Ciudad de México.

 Diego Rivera, Frida Kahlo y sus Xoloitzcuintles

Como símbolo de mexicanidad, de preservación de nuestras tradiciones e idiosincrasia los perros cobraron trascendencia entre la generación de artistas post revolucionarios.

El ejemplo más claro de esta corriente fue la pareja Rivera-Kahlo.

En un cuadro, Frida inmortalizó a su querido Sr. Xolotl que aparece arropado por la madre tierra (universo) junto a ella, que abraza a Diego.

En una foto, tomada por Lola Álvarez Bravo se ve a una enigmática Frida Kahlo, reflejando su rostro en un espejo, y a dos perros de esta raza acompañándola.

En otra conmovedora foto se ve a la pintora, decaída, en cama con su “perro favorito” -el señor Xolotl- a sus pies. Arriba, aparece otra imagen en donde se ve a Diego Rivera sosteniendo en sus manos a un cachorro.

Al igual que a sus otras mascotas, entre las que figuraban loros, guacamayas y hasta un mono, la pareja de pintores siempre dotó de amor y cuidados a sus queridos perros xoloitzcuintles.

El abrazo amoroso del universo, la Tierra (México), yo, Diego y el señor Xólot. Obra de Frida Kahlo, 1949

El Museo, que actualmente, cuida de esta raza

El Museo Dolores Olmedo, ubicado en Xochimilco, al sur de la Ciudad de México, alberga las colecciones de arte de Dolores Olmedo Patiño (1908-2002)

En este recomendable lugar a visitar, los jardines parecieran ser parte de una exposición permanente pues diversas especies de árboles mexicanos habitan en ellos y además conviven armoniosamente perros xoloitzcuintles, pavos reales y otras especies animales.

El recinto, ubicado en la ex hacienda de La Noria, alberga obras de Diego Rivera, Frida Kahlo y Angelina Beloff, entre otros artistas, así como más de 900 piezas arqueológicas.

Naual y Citlalli, propiedad de Dolores Olmedo, fueron los primeros canes en llegar al Museo.

Foto: http://www.museodoloresolmedo.org.mx

Mitos y verdades en torno al Xolo

En torno al popular perro pelón giran mitos y leyendas, principalmente referentes a si se comían o no, a su uso médico y terapéutico, sus cuidados, entre otros.

Todos los perros xoloitzcuintles nacen sin pelo: Nada más falso, puesto que aunque el gen que produce la usencia de pelo en esta raza es dominante, algunos nacen con pelo.

Los criadores eligen este tipo de perro (con pelo) para cruzas, aunque entre sus “reglas” está prohibido cruzar dos perros xoloitzcuintles con pelo.

Para los puristas, aunque no existe un registro oficial en torno a los xolos con pelambre, estos no dan continuidad a la originalidad y preservación de la raza.

El pelo, se deduce, surgió en algunos ejemplares de esta raza debido a las cruzas que se dieron con perros traídos de España.

No tienen dientes: Sí tienen pero les faltan algunos, principalmente muelas y colmillos debido al mismo gen recesivo que causa su ausencia de pelo. Esto no es impedimento para que coman carne o croquetas.

Con pelo en la cabeza ¿Son xolos? Existe una raza, muy parecida a los xoloitzcuintles, llamada crestón o crestón chino. Proviene, aunque no esta documentado, de China.

No tiene pelo, salvo en la cabeza, patas y cola y por eso es confundido muchas veces con los xolos, dándose cruzas, en la actualidad, que producen crías las cuales no pueden ser consideradas como Xoloitzcuintles.

Algunos criadores admiten dentro de los estándares de raza del xolo a aquellos que tienen pelo denso e hirsuto en cabeza, patas y cola, aunque no debe ser abundante.

Su uso terapéutico: Mucha gente conserva la idea, de origen prehispánico, de que los xolos tienen una temperatura más elevada que la de otros canes. Falso, puesto que esta raza mantiene la temperatura estándar de otras razas, que es de 38 grados pero al tacto se siente “más caliente” debido a su falta de pelaje.

Los pueblos mesoamericanos creían que estos ejemplares poseían poderes curativos y que dormir con uno podía aliviar malestares asociados con el asma, reumatismo y cólicos menstruales por su “calor”.

Lo cierto es que esto es un mito, aunque, para muchos, puede ser sumamente positivo, a nivel anímico, dormir con un xolo, u otra raza de perro, a su lado.

Xolo con pelo. Foto tomada de: http://itzcuintli.blogspot.mx

¿Se comían o no? 

Hernán Cortés reportó, cuando llegó a Tenochtitlan, en 1519, que “unos perros se criaban para alimento”.

Efectivamente, el itzcuintli era ampliamente usado en la cocina mexicana prehispánica, pero no era un perro sino un roedor. Algunos investigadores creen que debido a la terminología y al parecido de la palabra con xoloitzcuintli podría haber una confusión y coinciden en que si los perros eran considerados animales sagrados es poco probable que se los comieran.

Lo cierto es que estos perros eran muy queridos y en la mitología mexica eran considerados sagrados pues se creía que acompañaban a los difuntos en su camino al Mictlán por lo que se les sacrificaba y enterraba juntos a sus dueños o a quienes debían acompañar.

Cuidados

Un xoloitzcuintle se cuida como cualquier otra raza de perros. Come carnes, verdura (en poca proporción) y croquetas.

Es un animal maravilloso que con un baño y un poco de crema  -no aceite- mantendrá su piel tersa.

Puede convivir con otros perros sin el temor de que se le “peguen” las pulgas y pueden dormir en la cama puesto que no albergan ectoparásitos.

Xolos en el Zócalo de la CDMX. Foto: Cuartoscuro

 

Fuentes digitales:

Federación Canófila Mexicana A.C. http://www.fcm.mx

México Desconocido www.mexicodesconocido.com.mx

El Universal http://www.eluniversal.com.mx

Revista de la UNAM http://www.revista.unam.mx

Museo de Arte Popular Asociación de Amigos http://www.amigosmap.org.mx/

Históricas UNAM http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl

Criadreo Xolos Tarango http://xolostarango.com.mx/

https://perrosconhistoria.com

http://itzcuintli.blogspot.mx

Museo Dolores Olmedo http://www.museodoloresolmedo.org.mx

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