Argentina acaba el invicto de Brasil como local en eliminatorias tras gresca en las gradas

Lionel Messi y sus compañeros celebran la victoria 1-0 ante Brasil en las eliminatorias del Mundial, el martes 21 de noviembre de 203, en Río de Janeiro. (AP Foto/Silvia Izquierdo) 

Nicolás Otamendi se elevó para conectar un gol de cabeza que le dio a Argentina el martes una victoria 1-0 ante Brasil.


RÍO DE JANEIRO (AP) — En un clásico sudamericano empañado por una gresca en las gradas, Nicolás Otamendi se elevó para conectar un gol de cabeza que le dio a Argentina el martes una victoria 1-0 ante Brasil por las eliminatorias rumbo a la Copa Mundial de 2026.

Fue la primera derrota de la Verdeamarela en 65 partidos como local en la historia de las eliminatorias sudamericanas. La caída ante los vigentes campeones mundiales también algo nunca sufrido por Brasil en el clasificatorio de su confederación: por primera vez pierde tres duelos consecutivos.

Muchos de los 69.000 aficionados que acudieron al estadio Maracaná lo hicieron para presenciar el que pudo ser el último partido de Lionel Messi en Brasil, pero acabaron viendo cómo Otamandi cabeceó un tiro de esquina de Giovani Lo Celso a los 63 minutos para el único gol del encuentro.

El inicio del partido se demoró casi media hora por las peleas entre hinchas en las gradas del Maracaná y que provocaron la intervención de la policía.

Afectado por una molestia en el aductor, Messi se retiró del campo a los 78 minutos, en medio de una mezcla de abucheos y vítores de los aficionados brasileños.

El astro argentino de 36 años se quedó con las ganas de anotar su primer gol contra Brasil por las eliminatorias.

Pero la Albiceleste regresa a casa como líder de la carrera sudamericana hacia el Mundial y con otra victoria en el icónico estadio de Río de Janeiro. Hace dos años, Ángel di María anotó el único en un Maracaná sin público para proclamarse campeones de la Copa América.

“Este grupo sigue consiguiendo cosas históricas”, dijo Messi. “Es muy lindo ganar en Brasil, por lo fuerte que son de local en toda la historia”.

Argentina venía de sucumbir en casa 2-0 ante Uruguay el jueves pasado. Al cabo de seis fechas, el equipo dirigido por Lionel Scaloni comanda la tabla con 15 puntos, seguido por Uruguay y Colombia con 13 y 12 unidades, respectivamente. Brasil cierra el año situado en la sexta plaza, justo en la zona de clasificación directa, con siete puntos.

La violencia en las gradas provocó que el equipo argentino, con su capitán Messi a la cabeza, se retirara del campo y aguardó 22 minutos en el vestuario hasta que recibió garantías de que la situación se había calmado. Al menos un espectador tuvo que ser sacado del estadio tras acabar sangrando por una herida en el rostro. La policía de Río informó que arrestaron a ocho personas por la gresca.

“Era la manera de que se tranquilice todo”, dijo Messi sobre la decisión de irse al vestuario. “Había jugadores que tenían familias ahí. Uno piensa en la familia, no sabe bien qué está pasando y está más pendiente de eso que de jugar un partido. Llegado a ese punto, es secundario”.

La violencia en las tribunas se reflejó después en la cancha durante los primeros 20 minutos del duelo, con un trámite muy trabado. El árbitro chileno Piero Maza mostró tres tarjetas amarillas a Brasil en a primera media hora. Pero la tensión se fue disipando.

Brasil desperdició muchas ocasiones, incluyendo un tiro libre de Raphinha y una pelota que el zaguero argentino Cristian Romero desvió cerca de la raya tras un remate cruzado de Gabriel Martinelli.

Tras el descanso, Brasil mantuvo la presión y el “Dibu” Martínez se lució al repeler un disparo de Rodrygo Goes a los 54.

La estocada fue el cabezazo de Otamendi al saltar por encima de los zagueros brasileños.

Argentina “es un equipo que va en búsqueda de la historia, romper las reglas e intentamos hacerlo con respeto y con nuestro juego”, dijo Otamendi.

Brasil acabó con 10 hombres debido a la expulsión del recién ingresado Joelinton a los 81 minutos. El volante recibió la roja directa tras un forcejo con el volante argentino Rodrigo De Paul.

Los torcedores brasileños acabaron el partido coreando olés cada vez que los argentinos tocaban el balón.

Tras el partido, Scaloni, puso en duda su continuidad en el cargo.

“Necesito pensar, necesito pensar mucho qué voy a hacer”, dijo Scaloni en una rueda de prensa. “No es un adiós ni otra cosa, pero necesito pensar porque la vara está muy alta y está complicado seguir, está complicado seguir ganando”.

Por MAURICIO SAVARESE undefined

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