Enojo e incertidumbre viven comerciantes de Tlalpan por inseguridad

 

(Primera parte) Por Érick Galicia Lozano México, 2 Jun (Notimex).- A pesar del colorido ambiente que caracteriza al centro de la alcaldía de Tlalpan, sus calles viven tensión ante la ola de asaltos e inseguridad que se ha incrementado hasta en 300 por ciento en los últimos meses, en perjuicio de los comerciantes que trabajan […]


(Primera parte)

Por Érick Galicia Lozano

México, 2 Jun (Notimex).- A pesar del colorido ambiente que caracteriza al centro de la alcaldía de Tlalpan, sus calles viven tensión ante la ola de asaltos e inseguridad que se ha incrementado hasta en 300 por ciento en los últimos meses, en perjuicio de los comerciantes que trabajan en la zona.

Durante un recorrido realizado por Notimex para corroborar la situación que se vive en el corazón de Tlalpan, los comerciantes de los diversos locales ubicados en las calles de Guadalupe Victoria, Congreso, Francisco I. Madero, Moneda y Benito Juárez manifestaron su enfado ante la falta de acción de las autoridades.

En entrevista, quienes trabajan en comercios como T. Enamoro Coffe Shop, Dolce Amore Ristorante, La Internacional, La Vorágine, por mencionar los más conocidos de la zona, compartieron la dificil situación que se vive por la falta de seguridad y que se intensifica los fines de semana.

“La semana pasada precisamente intentaron asaltarnos. Entró un sujeto que ya había pasado varias veces frente a la tienda. Su actitud era tan sospechosa y rara que instintivamente tomé las tijeras que siempre traigo en el mostrador porque estoy envolviendo regalos”, comentó Dulce al recordar el incidente.

“Resulta increíble, es tal la situación que instintivamente ya estamos en guardia todo el tiempo. Cuando el sujeto trató de desviar mi atención, preguntando por una pintura, tomé las tijeras y le pedí que se retirara, porque se le veían todas las intenciones de que no quería comprar”, expresó.

Y en efecto, uno de las principales consecuencias por esta situación que comerciantes y habitantes ya se encuentran todo el tiempo a la defensiva, al grado que brincan cuando alguien con actitud extraña entra a sus comercios.

Ello se debe a que los ladrones incluso han entrado a las casas con la gente adentro para asaltar e incluso se llegó al caso en que un grupo entró en una casa de la calle de Congreso donde habitaban monjas “y hasta las amarraron para asaltarlas”, mencionó Dulce.

A ello se suman también los casos de extorsión telefónica, como comparte don Roberto, quien ha recibido varias, aunque por fortuna hasta ahora “no ha pasado a mayores”, de manera que en cuanto hablan para amenazar “simplemente les colgamos”.

Esta situación ha afectado sobre todo a los locales que se sitúan sobre Guadalupe Victoria, cuyos propietarios revelaron que hasta los visitantes se han visto  afectados, por lo que la clientela ha bajado de manera considerable.

Ello se debe a que los delincuentes también incurren mucho en los “cristalazos”, incluso y a pesar de que hay agentes a escasos 50 metros, agregó don Roberto quien expuso que al no haber un lugar seguro donde estacionarse, “la gente deja de venir”.

Al respecto uno de los comerciantes que trabaja en uno de los tradicionales bares del corredor que está a un costado de la delegación, quien pidió omitir su nombre para evitar exponerse a represalias, aseveró que por lo mismo muchos visitantes prefieren venir en autos que dan servicio con aplicaciones móviles porque los “ventanazos” se dan muy seguido.

Y en efecto, al recorrer parte de estas calles se pueden apreciar en por lo menos cinco cuadras fragmentos de cristales de las ventanas de los coches que han sido robados.

De hecho, el joven emprendedor reveló que los delincuentes ya tienen perfectamente estudiado los locales, sus horarios y sus movimientos por lo que aprovechan para asaltar cuando llueve o cuando los oficiales que están de guardia se retiran.

El modus operandi, dijo, es el mismo. Entran por las azoteas o las terrazas entre 2:00 y 3:00 de la mañana y se introducen a los locales, “muchos tenemos cámaras y tenemos grabados perfectamente cómo se mueven dentro, roban el dinero y de paso tienen el descaro de beber y comer de lo que tenemos mientras están robando”, agregó.

Refirió que incluso a él le robaron una camioneta pick up nueva para trabajar “y la dejé en la calle de Victoria y Juárez, o sea a una cuadra del centro del Tlalpan, y ahí estuvo bien varias horas, pero al salir de trabajar ya no estaba”.

Agregó que de inmediato la reportó a una patrulla que iba pasando quien argumentó que “se la había llevado una grúa”, pero al iniciar el proceso de búsqueda se enfrentaron a la indiferencia de las autoridades por lo que “tuvimos que recurrir al abogado del seguro para que nos hicieran algo de caso”.

Reveló que la camioneta tenía un “TAG” por lo que pudieron darse cuenta que salió para Cuernavaca, luego para Topilejo y luego para Acapulco y al día siguiente de regreso. Sin embargo al denunciar esto a los oficiales mostraron indiferencia.

“Al final de cuentas vinieron los agentes y me recomendaron que si la camioneta tenía seguro que mejor lo cobrara porque la camioneta lo más seguro es que estaba moviendo huachicol en Topilejo y que mejor por seguridad diera por perdida la camioneta”.

Otro empresario de uno de los bares que están sobre la avenida Francisco I. Madero compartió que después de determinada hora las calles se vuelven inseguras, pues muchos de los que acuden a beber “salen muy pedos y echando bronca a muy altas horas de la noche”.

Esto, dijo, ha demeritado la imagen de Tlalpan debido a que incluso los borrachos se vomitan en las calles y se ponen violentos entre 1:00 y 2:00 de la mañana, sin que haya algún agente que garantice la seguridad del lugar.

Por lo anterior, muchos locales han tenido que optar por cerrar más temprano o incluso manejar horarios variados para asegurarse de no tener que pasar por estas situaciones que tensan el ambiente de la otrora bella y tranquila Tlalpan.

– Fin de nota- 

NTX/EGL/CHA