Por gays, Iglesia en 2018 con PAN como en 1984-2000

 

Sacerdotes empujan a seguidores a votar contra el PRI


Luego de la ruptura política y de gestión del Estado con la Iglesia de 1861 a 1929, la salida la encontró Plutarco Elías Calles no en el regreso de los fueros a la jerarquía católica sino su incorporación al sistema político como sector invisible pero dominante: nada en contra de los principios esenciales del evangelio.

El activismo electoral de la Iglesia Católica contra el PRI y a favor del PAN el 5 de junio reproduce lo ocurrido en 1984-2000: la crisis de alianza histórica y sistémica del PRI con la Iglesia. El tema hoy fue el matrimonio gay: no el reconocimiento de derechos a minorías sexuales como, sino la disolución del concepto de familia basado en la relación hombre-mujer que es el eje de la religión católica.

La alianza llegó al punto de traer a México al papa Francisco en febrero de este año para fortalecer al gobierno, al PRI y al sistema, incluso haciéndose a un lado en los temas de divorcio y aborto como decisiones civiles. Pero lo del matrimonio homosexual tocó la existencia de la doctrina católica: el mundo se hizo de la unión de un hombre con una mujer, dice el Génesis.

La decisión presidencial de proponer al Congreso la aprobación legal de los matrimonios gay y la posibilidad de adopción reventó las buenas relaciones entre el Gobierno y la Iglesia y llevó a los sacerdotes a empujar a sus seguidores a votar contra el PRI. En el semanario Desde la Fe la Jerarquía Católica habla de ingenuidad al suponer dominante y decisivo el minoritario voto de la comunidad lésbico gay.

La decisión presidencial sobre los matrimonios gay se tomó sin consensuar a la Jerarquía Católica como sector invisible del sistema político priista. El problema radica en que la ruptura de hoy sea igual a la de comienzos de los ochenta, cuando la jerarquía católica conservadora se alió al PAN, a los empresarios y a la embajada de los Estados Unidos con John Gavin para definir una vía política a la alternancia que cuajó en el 2000.

De sector invisible del sistema político priista, la Iglesia Católica ha pasado a sector con autonomía relativa. Lo interesante del asunto es que ya no se trata de la Iglesia Católica que busque el regreso de los fueros ni pugna por el retorno de los te deum, sino que la institución eclesiástica ve en riesgo su sobrevivencia por decisiones que rompen con el concepto de familia. El problema radica en que el sistema político del PRI está tomando decisiones de circunstancia que rompen alianzas sin entender los juegos de poder y enfrenta el modelo de economía cero: lo que pierda en un lado lo gana otro; si el priismo bloquea la ley de matrimonio homosexual, el debate crítico será adverso; y si lo aprueba, en el Estado de México y en 2018 perderá más votos.

De nueva cuenta el modelo presidencialista de punta de la pirámide funcionó adversamente. En 1990 el presidente Salinas de Gortari obligó al PRI a hacer y presentar la reforma eclesiástica para evitar que Los Pinos fueran el punto del repudio jacobino, y en el camino dio cuenta de Fernando Gutiérrez Barrios, opositor liberal a la reforma. La iniciativa homosexual de Los Pinos se tomó sin los priistas, reveló Francisco Labastida Ochoa, y se pagó en las urnas.

Por tapar hoyos electorales se están abriendo grietas en el sistema político.


Política para dummies: Y también la política es el arte de adivinar el pasado para suponer el presente.