Izamal, un pueblo yucateco realmente mágico

 

* Se distingue por su arquitectura, gastronomía y paisajes Por Armando Pereda Maldonado Izamal, Yuc, 20 Ene (Notimex).- La ciudad yucateca Izamal es una localidad realmente mágica, gracias a su arquitectura, paisajes y costumbres, por ello fue la inspiración para crear el programa de Pueblos Mágicos en México. Así lo informó en entrevista con Notimex Gabriel […]


* Se distingue por su arquitectura, gastronomía y paisajes

Por Armando Pereda Maldonado

Izamal, Yuc, 20 Ene (Notimex).- La ciudad yucateca Izamal es una localidad realmente mágica, gracias a su arquitectura, paisajes y costumbres, por ello fue la inspiración para crear el programa de Pueblos Mágicos en México.

Así lo informó en entrevista con Notimex Gabriel Burgos guía de turistas de esta localidad, que se encuentra a 72 kilómetros al oriente de la ciudad de Mérida.

Esta ciudad colonial fue fundada a mediados del siglo XVI sobre los vestigios de una antigua ciudad maya y su nombre lo recibe por el Dios Itzamná, quien la fundó.

Se le conoce como la “Ciudad de los Cerros” al recordar las pirámides cubiertas que se encontraban ahí a la llegada de los españoles, así como “la ciudad de las Tres Culturas”, ya que ahí se combinan rasgos de su pasado histórico, del periodo colonial y de la época actual.

“Izamal fue el primer pueblo mágico de México, los turistas son atraídos por su arquitectura, sus costumbres y la gastronomía que tiene; Yucatán es extenso en cuanto a su comida y esta ciudad no es la excepción, cuenta de todo”, declaró.

El tradicional relleno negro, la sopa de lima, el poc chuc y los panuchos es parte de la comida tradicional que se puede disfrutar aquí “se puede degustar la mayoría de las comidas con las tortillas hechas a mano, que es lo original de la gente de Yucatán.

Hoy en día esta ciudad tiene sus edificios pintados de amarillo y blanco, por voluntad de las autoridades y vecinos, para mantener una imagen de elegancia y encanto de épocas pasadas que la singularizan y definen con aire señorial en el contexto regional.

En sus calles, pasan ocasionalmente calesas tiradas de caballos, que llevan al visitante por un recorrido de encanto por sus plazas, parques y sus históricos suburbios.

Uno de los atractivos es el convento de San Antonio de Padua, una de las edificaciones más importantes y majestuosas de Mesoamérica, que se fundó en 1549.

“El convento franciscano se fundó en el siglo XVI; Fray Diego de Landa fue el encargado de esta obra, un lapso de ocho años se tardó la construcción del convento, la iglesia y la capilla; se hizo sobre la base de una pirámide maya”, comentó.

Este convento se sitúa sobre la meseta del cerro mayor de la ciudad, se sube a él por medio de tres rampas construidas en sus lados libres; la rampa principal es de un sólo cuerpo y está rematada en lo alto por una hermosa y sencilla portada que da acceso al atrio, de planta rectangular.

Cuenta con 75 arcos que ocupa una extensión de terreno de siete mil 806 metros cuadrados, es decir, poco más de la mitad del total del predio, lo que lo ubica como el atrio cerrado más grande de América y el segundo atrio cerrado más grande del mundo después de la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.

“Este atrio sirvió como un punto de reunión para los indígenas en la visita del Papa Juan Pablo II en 1993”, informó el también policía turístico.

Dentro del templo se encuentra un retablo de estilo barroco, cubierto con baño de oro, muestra las escenas que representan “La muerte de Jesús”, “El Nacimiento”, “La visita de la Virgen a Santa Isabel” y “La visitación del ángel a María”.

Mientras que en la parte de abajo hay nichos que dejan observar las imágenes de “Santa Lucía”, “San Antonio”, “San Francisco” y “San José”.

En la parte superior se representa “la coronación de la Virgen como Reina del cielo” y abajo la imagen de la Virgen de la Purísima Concepción, escultura que fue traída por Fray Diego de Landa desde Guatemala, que además cuenta con un sencillo sistema de riel que comunica con el Camarín, espacio donde los fieles creyentes demuestran su fé y devoción.

Afuera del convento hay una escultura que conmemora la visita del Papa Juan Pablo II a este lugar en 1993, la cual se develó hace 10 años.

“Lo que más me gusta de esta ciudad es la tranquilidad, aquí hasta la delincuencia casi es nula, las personas se conocen todos entre sí, es algo que es muy bonito”, consideró.

Agregó que ya como Pueblo Mágico hay más orden en todos los aspectos “hasta los mismos letreros que usa la gente en los comercios, tiene que ser con una medida exacta”.

Para los turistas que visiten Izamal se recomienda que acudan a la oficina de turismo y ahí le podrán informar de todo lo que puede visitar en el lugar o puede acudir con un policía turístico que hay en la ciudad. “hay guías certificados, gente profesional para atenderlos”.

Izamal tiene un alma de pueblo “verán, así como hace muchos años, a la gente sentada en los parques, los ancianos, los jóvenes, tiene un parque austero, pero bonito”, concluyó.

 

 

NTX/ABPM/LMC