Revive Fonoteca sesiones de escucha nacidas en el siglo XIX

 

Por Juan Carlos Castellanos C. México, 20 Jun (Notimex).- Durante el siglo XIX, las familias mexicanas se sentaban a escuchar poesía en voz alta, combinada a veces con música del piano que alguien tocaba, o algún conjunto familiar. Ya en los años 20 del siglo XX, las reuniones para escuchar eran alrededor de la radio, […]


Por Juan Carlos Castellanos C.

México, 20 Jun (Notimex).- Durante el siglo XIX, las familias mexicanas se sentaban a escuchar poesía en voz alta, combinada a veces con música del piano que alguien tocaba, o algún conjunto familiar. Ya en los años 20 del siglo XX, las reuniones para escuchar eran alrededor de la radio, evocó el investigador, ensayista y editor Pável Granados.

Entrevistado por Notimex, el actual director de la Fonoteca Nacional subrayó que poco a poco se fueron haciendo encuentros especializados, sobre todo, coleccionistas de música de concierto adoptaron la costumbre de sentarse en casa de alguien, escuchar y comentar; ahora, añadió, “esa costumbre de sentarse y compartir está más arraigada en Sudamérica”.

“Desde que existe la Fonoteca Nacional (abierta al público el 10 de diciembre de 2008), nuestra tarea ha sido constituir sesiones para fortalecer la cultura de escucha en México, un esfuerzo para crear una costumbre que considerábamos casi nula en los últimos años, revivir el hábito de reunir coleccionistas y público en torno a un documento sonoro”.

El entrevistado destacó que para él ha sido muy grato saber que en Oaxaca ya se dan reuniones de jóvenes que asisten con sus discos de vinil y se ponen a escuchar, con la consigna de no hablar mientras está el audio, “mostrando una especie de respeto religioso a las voces grabadas que se oyen”, dijo.

Esos encuentros, agregó Granados, son cada vez más frecuentes no sólo en Oaxaca sino en otras entidades del país.

“Mucha gente no sabe qué hacer mientras escucha un disco; hay quien se pone a ver su celular, otras personas leen y algunas más platican. Por fortuna, poco a poco se ha aprendido a escuchar los registros sonoros”, anotó el directivo.

Lo mejor de todo, abundó el funcionario cultural, es que el público ha aprendido, tras la sesión, a comentar lo escuchado y sobre todo, a distinguir sonidos.

“No es lo mismo escuchar el sonido de un disco de 78 revoluciones, que un disco de corte directo, una cinta de carrete abierto o un LP, pues cada soporte tiene condiciones sonoras distintas”, dijo Granados.

Al respecto, informó que aprender a escuchar y a identificar esas diferencias, es algo completamente nuevo.

“Muy recientemente, la población se ha acercado al sonido gracias a que en la Fonoteca Nacional se tienen los soportes originales”. Eso, detalló, es algo que permite al público no sólo a los especialistas, cultivar la cultura de la escucha.

Granados habló así en ocasión de las sesiones de escucha que a partir de la víspera dedica a la importancia que algunos exiliados españoles tuvieron en la música mexicana. Señaló que serán cuatro reuniones mensuales, gratuitas y abiertas a todo el público bajo la coordinación de Edmundo Camacho, experto de la Facultad de Música de la UNAM.

Así, la primera sesión estuvo dedicada a la influencia española en el quehacer musical del compositor Silvestre Revueltas. “Con la llegada de refugiados españoles a México hace 80 años, a consecuencia de la Guerra Civil Española, México se vio enriquecido en varias disciplinas artísticas, entre ellas la música”, señaló la información oficial al respecto.

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NTX/JCC/ACJ