Salto al vacío

 

El sacrificio ritual es que no haya instituciones


Como al parecer en nuestro país nunca pasa nada, se tiene la sensación de que así será siempre y nada pasará. Pero eso es un error, porque como la historia lo ha demostrado, sus zarpazos más graves han ocurrido en un contexto en el que no pasaba nada y de pronto cuando algo sucedió terminó por traer consigo una serie de planteamientos muy sangrientos.

Ahora el país no puede ir cambiando todo lo que hizo respecto a nuestro defecto estructural sobre la falta de un sistema de justicia que nos permita tener confianza en alguien; y después conducirnos hacia el proceso electoral de 2018 sin fiscal en la Fepade, sin fiscal anticorrupción, sin procurador general de la República y sin fiscal general. Es decir, no puede avanzar con ese tipo de movimientos tan suicidas.

En consecuencia, lo fácil es echarle la culpa a Enrique Peña Nieto y a su gobierno por todo lo que sucede. Pero lo real es que la clase política mexicana en su conjunto, los del Frente Ciudadano, los del Gobierno, los de la oposición, los que pronto esperan serlo, en síntesis, todos, salvo aquel que no se siente vinculado con las instituciones, me refiero al líder de Morena; deberían entender que el nombramiento de esos responsables del funcionamiento de justicia, es una condición fundamental previa al proceso electoral.

Porque no hacerlo, no sólo significa un salto en el vacío, sino también significa apostar a que las elecciones –sean las que sean y pasen los que pasen– nazcan con un componente que las hará muy peligrosas.

Y es que, si con todo y el buen sabor de boca de la era Woldenberg, de la fuerza del IFE, y de lo guapos y felices que estábamos cuando éramos demócratas; se armó la que se armó en el 2006. Ahora imagínese todo lo que podría pasar en este proceso electoral con todas estas dudas y sin responsables anticorrupción, sin responsables de la Fepade y dejando sin titular a la Procuraduría General de la República.

Es fundamental para el conjunto de las fuerzas mexicanas tomarse en serio el hecho de que algunas instituciones deben funcionar. Aunque lo normal es que para que funcionen algunas personas, el sacrificio ritual es que no haya instituciones.

Y en ese sentido, la siguiente elección, que créame usted, será la más complicada que hemos vivido hasta el momento, no puede tener además esa orfandad legislativa, regulatoria y de autoridad moral, para que al final alguien diga quién ganó o quién perdió.

@antonio_navalon