Viajeros celestiales

 

Trump repite sus amenazas con el muro


El Servicio Secreto, esos sujetos vestidos siempre de negro, con el puño de la camisa junto a una oreja balbuceando claves y recibiendo órdenes, se queja de que la familia Trump está al borde de llevarlos a la ruina total.

Sucede que el mandatario gringo y la tribu que le acompaña incluyendo al yerno, viajan y viajan en los aparatos celestes de la Casa Blanca, y los canes de guardia deben multiplicar sus recursos, disponer de otras aeronaves, de más vehículos blindados y, obvio, multiplicar los gastos de hospedaje, alimentación y hasta de señoras de nula virtud, como ya fue pública la afición de este grupo en una gira internacional de Clinton.

El caso de que según Randolph Alles, el director de ese grupo, para el último día de septiembre ya no tendrán dinero para pagar los tiempos extras de mil cien de los seis mil 500 agentes adscritos a la seguridad presidencial y de sus familiares.

Las quejas de Allen están dirigidas al Congreso al que pide ampliar los salarios de cada guarura de 160 mil, a 187 mil anuales. Con Trump, explica, el Servicio Secreto protege 24 horas de todos los días a 42 personas, entre ellas 18 familiares.

Sobre lo anterior, la esposa y el hijo menor de Trump, Melania y Barron, viven en Nueva York y hasta allá hay que multiplicar los cuidados del Servicio Secreto lo que ha provocado un doble costo a la institución.

Reporta el periódico El País de España, que “el mayor gasto proviene de los antojos de fin de semana del presidente, que mantiene sus hábitos de multimillonario pero ahora a cuenta del erario y de los dolores de cabeza contables del señor Alles.

“Trump gusta de evadirse de su odiado Washington yéndose del viernes al domingo a su club de golf de Bedminster, en Nueva Jersey o, más que en ningún otro lado, a su mansión y club de élite de ricos Mar–A–Lago, en la costa dorada de Florida”.

Este es un ejemplo de la envidiada “democracia a la americana” supuestamente sujeta a leyes y reglamentos. Hasta que llega un autoritario como Donald Trump, la versión región uno de Vicente Fox que es versión cuatro, y decide por sus aguacates hacer y deshacer.

En visita fronteriza con México, repite sus amenazas con el muro y advierte que cancelará el TLC porque Canadá y México se aprovechan de Estados Unidos… ¡pobres, tan inocentes..!