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Se ha desatado un gran debate en torno a la legalización de esta hierba


AUTOR: ABIGAIL GÓMEZ

Graciela Elizalde tenía ocho años y hasta 300 convulsiones al día cuando, en 2015, sus padres ganaron un juicio que les permitió importar un tratamiento de aceite de mariguana con la finalidad de tratar el síndrome de Lennox-Gastaut, un tipo de epilepsia especialmente agresivo que deterioraba día con día la salud de su hija. Aquel fue un momento histórico en México pues Grace se convirtió en la primera persona en poder usar legalmente la mariguana con fines medicinales.

A partir de ese momento, el caso de Grace se convirtió en una luz de esperanza para millones de personas en México, ya que ese precedente abrió las puertas a un intenso debate que concluyó con la aprobación de una ley que permite acceder al aceite con un permiso de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) y su uso para investigación. ¿Por qué la mariguana tiene estás propiedades medicinales?, ¿qué enfermedades pueden tratarse con kiteessay.com esta yerba?

PLANTA ESPECIAL

A finales de los 60, el químico Raphael Mechoulam comenzó una investigación en la Universidad Hebrea de Jerusalén con el propósito de conocer los componentes activos de la cannabis sativa. Derivado de su investigación, descubrió que únicamente uno de ellos era el responsable de los efectos psicoactivos que produce la planta. Dicho compuesto fue bautizado como tetrahidrocannabinol, mejor conocido como THC.

Además del THC, el equipo de investigación dirigido por Mechoulam también logró aislar y sintetizar el cannabidiol o CBD, la segunda molécula con mayor presencia en el cannabis. Tras el descubrimiento de estas moléculas, a las que denominaron cannabinoides, se realizaron diversos estudios científicos para demostrar las propiedades curativas del CBD en enfermedades como la esclerosis, la epilepsia y el cáncer. Esos estudios, pese a que resultaron exitosos, fueron ignorados durante muchos años.

A finales de 1980, un equipo de investigación en Estados Unidos, coordinado por la doctora Allyn Howlett, comenzó a realizar investigaciones con THC con el objetivo de descubrir su funcionamiento. Uno de los proyectos los llevo a descubrir que dentro del cuerpo humano había receptores a los que el THC se unía de manera natural, como si estuviera predeterminado a ellos. A este receptor se le dio el nombre de CB1.

La existencia de un receptor que parecía hecho para el THC los llevó a pensar que dentro del cuerpo humano había una molécula específica para ese receptor, e iniciaron su búsqueda. Así fue como a principios de los 90 descubrieron la anandamida (AEA) y el araquidonil-glicerol (2-AG), los cuales son cannabinoides endógenos. Revelar la existencia de la anandamida y el 2-AG dio paso al descubrimiento de lo que hoy en día se conoce como sistema endocannabinoide (SEC). Dicho sistema tiene muy poco tiempo de ser estudiado, pero se sabe que participa en la regulación de innumerables funciones dentro del cuerpo humano.

ADIÓS AL DOLOR

El doctor Raúl Porras es especialista en cannabinoides y ha dedicado sus esfuerzos a estudiar estas moléculas y su funcionamiento en el sistema endocannabinioide, el cual define como “un sistema que reconoce partículas como si fueran un juego de llave y cerradura que embonan a la perfección, y al embonar genera una cascada de señales intracelulares que tienen ciertas funciones. Cuando los receptores del SEC se empatan con los llamados cannabinoides, entonces se modifica todo tipo funciones del cuerpo. El SEC se involucra en una gran variedad de procesos fisiológicos de tipo motor, neurológico, hormonal, entre otros”, explica el doctor.

Cuando el médico señala que el SEC es como un sistema de llaves y cerraduras, se debe tener claro que las llaves son los cannabinoides (AEA Y 2-AG) y las cerraduras son los receptores CB1 y el CB2. El cuerpo produce únicamente estos dos de manera natural, pero de las 400 sustancias activas del cannabis casi 100 son de esos receptores que embonan a la perfección con las cerraduras del cuerpo –se les conoce como fitocannabinoides y poseen una gran variedad propiedades terapéuticas.

Karina Vergara es investigadora de la Fundación Daya, un instituto chileno que es referente en cuanto a la investigación de las propiedades medicinales de la mariguana en Latinoamérica. Al cuestionarla sobre las enfermedades que podrían ser tratadas con mariguana medicinal, ofrece una larga lista:

“Alzheimer, artritis, asma, cáncer, diabetes, síndrome de abstinencia, epilepsia, esclerosis múltiple, fibromialgia, parkinson, vómitos, son sólo algunos, en general cualquier enfermedad que produzca inflamación o dolor puede verse aliviada con un tratamiento en base a cannabis”, comenta. Además de este sinnúmero de padecimientos, la especialista señala que ha demostrado ser muy efectivo en padecimientos de tipo psiquiátrico o emocional, como depresión, síndrome postraumático, esquizofrenia, autismo y TDA.

El hecho de que la mariguana usada de forma terapéutica tenga efectos en una lista tan larga de enfermedades se debe a la estrecha relación que guarda con el SEC, tal como lo explica Karina: “Sin este sistema nuestro cuerpo no respondería a los cannabinoides provenientes de la planta del cannabis. Dicho de otro modo, todas las propiedades medicinales del cannabis provienen de las funciones fisiológicas moduladas por el SEC”, asegura.

En México, la única forma de acceder a un tratamiento con base en mariguana es a través de la empresa HempMeds México, pues son los únicos que producen un aceite con los requisitos establecidos por la ley, es decir, 100 % CBD y libre de THC. Ellos, desde hace un año, suministran el aceite de CBD a pacientes que lo necesitan y los asesoran para conseguir el permiso ante la Cofepris.

El aceite tiene un costo de 6 mil 500 pesos y su duración depende de la dosis que se indique a los pacientes según su padecimiento y complexión. En Chile, por ejemplo, la principal vía de acceso es el autocultivo, pues sólo existe un aceite de venta en las farmacias, con un costo de 300 dólares en promedio, pero de muy difícil acceso, según comenta la especialista de ese país.

Tal como en México, los aceites de mariguana que se producen en distintas partes del mundo tienen altas concentraciones de CBD, y sus propiedades terapéuticas han sido ampliamente estudiadas; sin embargo, en años recientes ha salido a la luz una nueva teoría que supone que las propiedades medicinales son aún mayores si se conservan todos los componentes de la planta, pues aquellos que son eliminados también juegan un papel importante. A esta propiedad se le conoce como “efecto séquito” y supone que incluso el tan satanizado THC es una sustancia curativa.

“Se conoce como ‘efecto séquito’ a la interacción de todos los compuestos del cannabis (cannabinoides, terpenos y flavonoides) en la modulación de distintos síntomas tratados con cannabis. Por ejemplo, se sabe que la dosis necesaria de un cannabinoide aislado para aliviar algún síntoma es mayor que si utilizamos un extracto de cannabis de la planta completa que contenga sus diversos compuestos. Esto quiere decir que las propiedades terapéuticas del cannabis no derivan de un solo compuesto, sino de la interacción de muchos de ellos”, asegura la investigadora de la Fundación Daya.

El doctor Raúl Porras comenzó a realizar estudios sobre las propiedades medicinales del cannabis después de probar, con efectos positivos, un tratamiento de aceite de mariguana para el cáncer de piel de su suegro. Ahora, busca impulsar la investigación debido a que “no existen los estudios clínicos suficientes que avalen su efectividad. Lo único que tenemos hasta el momento son experiencias anecdóticas de pacientes que reportan mejorías, pero hace falta más evidencia científica”, asegura.

Pocos días después de que Grace tomó por primera vez una cucharada del aceite de mariguana, los resultados comenzaron a ser visibles. De estar postrada en una silla, con escasa movilidad, imposibilidad de hablar, con una ingesta de decenas de pastillas y un promedio de 300 convulsiones al día, ahora Grace ha logrado caminar con ayuda de terapia, volvió a hablar, va a la escuela y las convulsiones se redujeron a unas diez en sus días malos; en sus días buenos, estas simplemente no aparecen. Ese podría ser el destino de muchas personas más si abrieran las puertas a esta posibilidad de aliviar el dolor.

 

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