Culturalmente

 

A partir de hoy, todos los viernes Notimex dará a conocer un amplio reportaje ―trabajado durante varios días, incluso semanas― sobre diversas situaciones culturales con el fin, o por lo menos el propósito, de elucidar controversias, problemáticas, fenómenos, laberintos o complejidades relevantes en el ámbito del pensamiento, aunque en ocasiones también tratará sencillas temáticas con […]


A partir de hoy, todos los viernes Notimex dará a conocer un amplio reportaje ―trabajado durante varios días, incluso semanas― sobre diversas situaciones culturales con el fin, o por lo menos el propósito, de elucidar controversias, problemáticas, fenómenos, laberintos o complejidades relevantes en el ámbito del pensamiento, aunque en ocasiones también tratará sencillas temáticas con el ánimo de trascender un asunto o de plantear una discusión. Las indagaciones no girarán nunca alrededor de una sola circunstancia, si bien todas ineludiblemente circularán en torno a cuestiones culturales.

 

 

Cuba, la maestra de ballet de México

Por Aura Fuentes

[La metodología del ballet cubano ha sentado las bases en este país, donde bailarines y maestros encuentran una plataforma para impulsar su carrera.]

México, 26 Jul (Notimex).― Disciplina, fuerza, conocimientos y metodología son parte de las cualidades del ballet cubano a las que recurren bailarines y maestros convirtiéndolas en garantía en cualquier país, como es el caso de México, donde ha sido un pilar importante para su desarrollo y crecimiento.

―Los bailarines cubanos están en todas partes, en todos los países y en casi todas las compañías. La escuela cubana ha producido, y sigue produciendo, muchos bailarines desde Alicia Alonso (La Habana,1920) y Fernando Alonso (La Habana, 1914–2013), quienes hicieron un gran trabajo ―indica José Manuel Carreño (La Habana, 1968).

El exprimer bailarín del American Ballet Theatre y exdirector artístico del Ballet de Monterrey, cita a las dos figuras más importantes del ballet en Cuba: Alicia, prima ballerina assoluta, directora general del Ballet Nacional de Cuba, y Fernando, quien fuera su esposo, el ya fallecido fundador de la Escuela Cubana de Ballet:

―Es un sistema de enseñanza que vio sus orígenes en los años cincuenta o sesenta del siglo pasado bajo la dirección o el liderato de una figura fundamental en el ballet cubano a nivel mundial: Fernando Alonso, el padre de la metodología de la escuela cubana de ballet ―añade Jasmany Hernández (Matanzas, 1978), director del Mexico City Ballet.

El bailarín radicado en México desde hace 16 años detalla que esta metodología es un sistema de enseñanzas creado para el sistema óseo de un bailarín latino, específicamente el cubano, ya que el maestro empezó a hacer estudios de kinesiología de ballet; es decir, de la actividad muscular del cuerpo humano.

―Tanto él como Alicia Alonso tuvieron maestros rusos, digamos que también toma mucho de la metodología vagánova pero se adapta al bailarín del mundo ―precisa con relación al método de enseñanza del ballet por parte de Agrippina Vaganova (San Petersburgo, 1879-1951) basado en la técnica rusa.

Por su parte, Cuauhtémoc Nájera (Tabasco, 1965), codirector artístico de la Compañía Nacional de Danza, considera que la escuela cubana se puede medir simplemente por la cantidad de ballets que ha producido siempre con grandes figuras en todo el mundo.

Desde Jorge Esquivel (La Habana, 1950) en los años setenta hasta los más recientes jóvenes, destaca Nájera, “ves a bailarines cubanos o ex bailarines cubanos dirigiendo compañías en todo el mundo, los maestros cubanos están considerados entre los más importantes, son buscados y contratados en todas partes”.

Lo anterior se traduce en que los resultados de su escuela son muy importantes y su nivel muy alto, ya que “un maestro graduado en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba o del Ballet Nacional de Cuba siempre es una garantía de calidad”.

―Lo mismo quien sale de la Escuela Vagánova o del Conservatorio de la Danza de París, son maestros reconocidos por su disciplina, por sus conocimientos, su metodología para enseñar, por su gran carrera artística, hay una garantía en cualesquiera de ellos, están al mismo nivel ―compara Nájera con otras escuelas.

En contraste, José Manuel Carreño dice que los bailarines cubanos son diferentes a los de otros países, principalmente con relación a los de ballets destacados como el Bolshoi (Rusia) y el Royal (Reino Unido), debido al carisma que tienen como latinos.

―El ballet en Cuba se caracteriza por lo fuerte que es, por los saltos de los hombres, los giros de las mujeres, el partneo del hombre con la chica ―coincide Antón Joroshmanov (Kiev, 1984), quien se formó en Cuba.

El primer bailarín de la Compañía Nacional de Danza también asegura que Cuba ha dado grandes bailarines con diferentes características, pero reitera que las cualidades citadas fueron las que hicieron que ganara el auge que tiene, de ahí que donde fuere el ballet cubano todos quieren verlo.

―El bailarín cubano, sobre todo el hombre, se describe como un bailarín virtuoso, nos labramos con una técnica muy fuerte; pese a ella, yo creo que se puede ir un poco más allá, ser inteligente es suficiente para cambiar, mejorar y perfeccionarse no sólo en la técnica sino en los diferentes estilos ―comenta José Carreño.

Acota que también fungen como actores, lo cual es otra diferencia con los bailarines rusos o franceses por ese calor que se tiene en la sangre latina, e incluso piensa que de igual forma los mexicanos son un poco dramáticos por su expresión, aclara para evitar malentendidos.

 

Tan relevante como el futbol

El ballet en Cuba tiene una importancia casi sagrada, distinto a la percepción que se tiene en México donde, de acuerdo con el “eterno primer bailarín” del Ballet de Cuba, Jorge Vega (La Habana, 1961), sólo es posible comparar este fervor con el que siente México por el futbol, país en el que vive Jorge Vega desde el año 2000:

―En Cuba el ballet es el futbol en México. Si vas al ballet en Cuba está lleno, y si ponen cinco teatros con ballet se llenan todos; pero si vas al futbol el estadio está vacío. En México el ballet no tiene esa aceptación… aunque, claro, sí hay muchas personas a las que les gusta la danza, pero no al nivel del futbol, no tiene la misma propaganda ni público ―opina Jorge Vega.

Cuauhtémoc Nájera, quien estudió la carrera de bailarín en La Habana, coincide con que la danza clásica en Cuba es fantástica, potente, bella, creativa, respetada y en general todos los adjetivos positivos en los que se pueda pensar:

―Los cubanos le dan mucho valor, tiene público, las funciones están llenas, los bailarines son personas con un entrenamiento, una disciplina y una cultura muy alta; es decir, es un modo de vivir y de ser muy valioso ―agrega.

De acuerdo con Jorge Vega, la escuela cubana también tiene entre sus características la caballerosidad y la técnica fuerte que nunca se termina, porque se rigen bajo la expresión de “esto no se acaba hasta que se acaba”, por lo que en el escenario lo entregan todo y bailan como si fuera el último día de su existencia.

Asimismo, destaca el trabajo de pareja porque, pese a que el bailarín hombre no es el soporte de la mujer, sí está para acompañarla, sobre todo en los dúos clásicos donde se aprecia la caballerosidad, pues todo el tiempo están al pendiente de ellas.

―No es una pareja que baila una por un lado y otro por el otro, eso que lastimosamente se ve en otras compañías donde cada bailarín baila su parte; en Cuba no es así, nosotros los partenaires de las bailarinas hasta les cargamos el bolso, no tiene nada que ver con la función, pero les ayudamos ―confiesa entre risas.

 

Pasos en tierra mexicana

Aunque los especialistas en ballet consideran que el ballet en México ha tenido una trayectoria muy buena y su crecimiento se nota conforme pasan los años, lo cierto es que la influencia de los bailarines y profesores cubanos han contribuido a esa base positiva para el país.

Yoel Carreño (La Habana, 1980), bailarín principal del Ballet Nacional de Noruega, considera que la influencia se debe a la cercanía geográfica y un poco a la forma de ser de los latinos, ya que siempre ha existido una buena comunicación entre México y Cuba; en tanto, su hermano José Manuel señala que el método que se enseña en Cuba de ocho años de carrera es lo que ahora se lleva en tierra mexicana.

―Debido a que la escuela produce muchos bailarines no todos pueden estar en la Compañía Nacional de Cuba, de ahí que muchos quieran salir para desarrollarse. Por eso se van a los países más cercanos, como México y Estados Unidos, por ello se ve actualmente a muchos bailarines cubanos en ambas naciones ―manifiesta José Manuel Carreño.

 

Huella indeleble

Jorge Vega contextualiza que cuando en México no existía la Compañía Nacional de Danza los bailarines mexicanos iban a Cuba. Como ejemplo menciona a los bailarines Clara Carranco, Jorge Cano y Carlos López, quienes formaron parte del Ballet Nacional de Cuba.

―Llegó un momento en que fueron a buscar ayuda a Cuba. Entonces vino a México el Ballet Nacional de Cuba que puso todos los parámetros, se indicaron cómo se debía dirigir, se montaron las coreografías de Alicia Alonso y todo eso fue una ayuda que hizo la danza cubana. Muchos de los maestros en la Compañía Nacional de Danza son cubanos y los que no son cubanos fueron formados en la escuela cubana de ballet ―indica Jorge Vega.

De igual forma, Antón Joroshmanov considera que siempre ha habido influencia del ballet de Cuba en cualquier parte del mundo, porque donde quiera que uno vaya siempre habrá un bailarín cubano, una maestra cubana o algún maestro invitado, como el caso de Fernando Alonso, quien dirigió en 1992 la CND:

―También dirigió al Ballet de Monterrey ―dice Antón Joroshmanov―. La influencia de Cuba ha sido muy importante, eso es lo que ha hecho que la CND tenga el nivel y una proyección sana hacia la República Mexicana y el extranjero; poquito a poco Cuba hizo que desarrollara e importara el ballet como tal aquí en México…

Con ellos coincide Cuauhtémoc Nájera, quien subraya que la influencia no sólo es importante en el caso del ballet sino también en la danza contemporánea; sin embargo, en el ballet ha habido una cercanía muy fuerte de maestros y coreógrafos cubanos en todo el país y en especial con la Compañía Nacional de Danza y la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea.

―La CND por muchos años ha tenido un amplio repertorio de coreógrafos cubanos, de la propia Alicia Alonso en sus versiones de algunos ballets tradicionales, pero también de coreógrafos como Gustavo Herrera, Alberto Méndez, Iván Tenorio, todos ellos hicieron su repertorio aquí ―expone Nájera.

Y recuerda que por muchos años existió un programa de asesoramiento directo donde venían los cubanos para estar todo el tiempo en la Compañía, por lo que la influencia de la metodología cubana y de la forma que tienen los cubanos de ver el ballet es notoria e importante en la historia de México.

―No se podría entender el ballet actual en México sin la influencia de la escuela cubana, también hay una gran influencia de maestros rusos o soviéticos que emigran a México, es cierto. Todos han sido los pilares de lo que es el ballet en México, y Cuba es uno de los más importantes ―concluye Cuauhtémoc Nájera.

 

Nómadas por naturaleza

El paso de los bailarines o profesores cubanos por México la mayoría de las veces no es temporal, ya que es tanto el amor y agradecimiento que llegan a tenerle a este país por todo el apoyo recibido que no sólo se quedan a vivir aquí por años y forman una familia, sino incluso se naturalizan mexicanos.

―Personalmente, México para mí siempre había sido un referente por su riqueza cultural, la capital es una ciudad cosmopolita que recibe la cultura de todo el mundo ―describe Jasmany Hernández, quien en noviembre cumplirá 17 años aquí.

El bailarín considera que el magnetismo que atrae a los cubanos a México data de muchos años atrás y no está enfocado nada más a la danza, sino a la vida en general:

―Yo creo que los bailarines son seres a los que les gusta viajar, mudarse constantemente, y los cubanos no son la excepción. Y México es un país que les es atractivo, que les es interesante, es un lugar donde pueden desarrollar su carrera ―comparte Cuauhtémoc Nájera.

En tanto, Jorge Vega precisa que no sólo se debe a la búsqueda artística sino también económica, pues la situación en Cuba no es la idónea.

Pese a la influencia de la escuela cubana de ballet, México cuenta con su propia personalidad, tal como lo afirma el codirector artístico de la CND, quien aclara que probablemente la principal diferencia radique en que los cubanos tienen una escuela con una metodología clara, y aquí tenemos muchas escuelas con distintos métodos:

―En la Compañía recibimos a bailarines que vienen de diferentes escuelas, porque de lo que se trata es de hacer un solo estilo o una sola forma de bailar. En Cuba tienen una sola escuela, que a ellos les otorga una solidez técnica mientras a nosotros nos permite tener una mirada posiblemente diversificada de estilo―finaliza Cuauhtémoc Nájera.

-Fin de nota-

 

NTX/AFG/VRP