Pilas para el cuerpo

 

En todo Río de Janeiro abundan las loncherías y los expendios de jugo


Para el brasileño el desayuno es el alimento más importante del día, un buen café acompañado de embutidos y un par de huevos es lo obligado para darle pilas al cuerpo.

En todo Río de Janeiro abundan las loncherías y los expendios de jugo, los cuales a determinadas horas de la mañana es imposible entrar y menos ocupar una mesa.

Estos establecimientos populares han tomado fuerza en la economía del lugar y son un salvavidas para la cartera del brasileño de a pie o para el turista que no desea gastar más de 50 reales, algo así como 300 pesos.

Atendidos con velocidad, el personal se esmera para que los comensales salgan del lugar bien alimentados, a la mayor velocidad, y los que aguardan no pierdan la calma y caminen a la siguiente esquina en busca de saciar el hambre mañanera.

El café llega rápido, seguido por el pan de mesa y los platillos que por lo regular se pueden compartir entre dos o tres personas.

Quesos, jamón, huevos, tocino y jugos, solos o combinados, es el pan nuestro de cada día antes de emprender las obligaciones que por lo regular cobran fuerza en la zona de comercios al filo de las 10 de la mañana.

Además de las tradicionales cartas de alimentos, existen los bufets donde se cobra por kilo, es decir, según lo que pese tu plato es lo que pagas. Aguas aquí porque el desayuno se puede disparar hasta los 70 reales.

Pintados de color naranja y exentos de lujos innecesarios, con unas 8 mesas por local y una amplia barra de alimentos dulces y salados son el despertar ideal en Río de Janeiro.