Estrategias de confrontación en redes contradicen capacidad de diálogo

 

Por Hugo Pescador Pacheco. Corresponsal Guadalajara, 30 May (Notimex).- El investigador Víctor Hugo Ábrego indicó que las estrategias de alta confrontación de opiniones en redes digitales no favorecen el diálogo sereno y respetuoso de los grandes problemas y desafíos de México. En entrevista con Notimex, invitó a la ciudadanía en general a reflexionar sobre las […]


Por Hugo Pescador Pacheco. Corresponsal

Guadalajara, 30 May (Notimex).- El investigador Víctor Hugo Ábrego indicó que las estrategias de alta confrontación de opiniones en redes digitales no favorecen el diálogo sereno y respetuoso de los grandes problemas y desafíos de México.

En entrevista con Notimex, invitó a la ciudadanía en general a reflexionar sobre las dinámicas de las discusiones y del posicionamiento de temas de interés público en las redes sociodigitales.

Agregó que por lo anterior llevó a cabo el estudio “México 2019, la Disputa por la interpretación, zonas de activación digital desde la polarización”, en donde hace énfasis de la importancia “de sostener a las redes digitales como una arena de deliberación pública, de intercambio de ideas y de debate político”.

“Debate político en el sentido de que no es necesario que todos estemos de acuerdo, sino que, en un disenso respetuoso crítico, se pueda conocer la opinión de quien no piensa como nosotros, sin caer en desaprobar o descalificar al otro simplemente porque piensa diferente”.

Dijo que el objetivo principal del informe “es hacer énfasis que estas redes, que en los últimos años han sido utilizadas por distintos grupos sociales y organizaciones civiles de todo tipo para hacer presión a actores políticos como gobiernos o empresas privadas, digamos que en los últimos meses la tendencia a nivel internacional ha sido la de que sean utilizados más bien para reventar las posibilidades de diálogo”.

El académico del Departamento de Estudios Socioculturales añadió que, en los antecedentes de este estudio, “lo que nosotros hacemos para poner en contexto la coyuntura actual es cómo ha habido formas de operación política en redes sociales”.

Mencionó que ahora se enfrentan situaciones “que hace tres años no había como ataques, acoso, manipulación, automatización, etc. Detalló que para entender estas prácticas analizaron tres momentos “que me parecen relevantes y que ocurrieron en el sexenio pasado”.

“Para concebir cómo es que a través de las redes se echan a andar operaciones automatizadas o coordinadas humanamente para desviar la atención o para criticar a alguien o para descalificar a alguien o para acallar una crisis institucional creando otra”.

Comentó que el #YaMeCansé emergió durante el momento “más álgido de las protestas alrededor de la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, cuando el entonces procurador general Jesús Murillo Karam, que en plena conferencia de prensa dice: ‘ya me cansé’; entonces la gente empieza a articular de manera orgánica una discusión crítica hacia el gobierno en general”.

Señaló que el gobierno, “después de unos días de ver que eso no cesaba y lo que estaba en la calle iba acompañado de lo que estaba en redes sociales, empieza a lanzar una serie de estrategias para desviar la atención o para desinflar ese e inflar otras tendencias, pero la gente no se deja y lanza #YaMeCansé2, #YaMeCansé3, #YaMeCansé4, y así llegan hasta #YaMeCansé23”.

“Lo anterior nos permitió ver como un primer atisbo de cómo sí se utilizan estas redes para, si hay una tendencia que está molestando, entonces hay que desviarla, hay que desinflarla”.

Expresó que otro caso fue en 2017, “cuando en el marco del aumento de casi 20% al precio de las gasolinas se lanza una discusión crítica hacia el gobierno federal de parte de usuarios de redes sociales con #gasolinazo, que se hace tendencia, se empiezan a lanzar cuestionamientos y hay una protesta interesante”.

El catedrático del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) apuntó que otro antecedente que analizaron en el estudio fue la desaparición de un joven de preparatoria en enero de 2018, “que gracias a las cámaras de la Ciudad de México se logró ubicar el momento en que unos policías lo arrestan, se lo llevan y el chico no aparece más”.

“Lo que ocurre son una serie de declaraciones que van a contrapelo unas de otras, por un lado, las autoridades tratan de justificar o de deslindarse de la responsabilidad de la desaparición del joven, y por otra, familiares y amigos del afectado hicieron frente a esas declaraciones sobre que el chico era un estudiante, que estaba perfectamente bien, etc.”

Manifestó que cuando aparece el joven con señales de maltrato físico y mental, “en este marco de declaraciones aparece un conjunto de cuentas que se empiezan a dedicar curiosamente o sistemáticamente a atacar al chico, a deslegitimarlo, a descalificarlo, a criticarlo sin sustento alguno”.

“Esto nos hace pensar que en la medida en que la figura de este joven estaba poniendo en riesgo la imagen de una institución pública, se lanza una estrategia para echar a andar una operación de encuadre de la víctima como alguien que lejos de ser tal es alguien que incluso se lo merece o que ya estaba en esos ‘malos pasos’ o alguna situación por el estilo que haga que la opinión pública no le eche la culpa a la policía”.

El investigador resaltó que a partir de estos antecedentes “mostramos cómo es que al menos en el sexenio anterior, ya habían sido utilizadas las redes sociodigitales como una arena para minar la crítica, para entorpecer la discusión pública y para desviar la atención de temas importantes”.

Destacó que una de las conclusiones del informe es “entender las estrategias que siguen algunos, como es la de sígueme y te sigo, que es lanzar estas cuentas que tienen muchos seguidores o que tienen una visibilidad digamos considerable en redes sociales, y que emiten esta convocatoria en momentos específicos de sígueme y te sigo”.

Manifestó que “por un lado, se pretende aumentar una audiencia que esté completamente convencida de que se está del lado correcto, y, por otra parte, los que no piensan como ellos están del lado incorrecto”.

Enfatizó que esa estrategia “del sígueme y te sigo, la identificaron en campañas sobre todo en Brasil, en la de Jair Bolsonaro, que con todo este halo de duda y esta perspicacia que le mandó el uso de redes sociales en la campaña del candidato, en donde se filtran mensajes o noticias falsas que apelaban al sentimiento de pertenencia”.

Precisó que en redes sociales “se lanzan campañas de vamos a fortalecernos, quieres tener más seguidores sígueme y te sigo, yo te indico a quien seguir, dame favorito, coméntame, compárteme, digamos se va inflando una discusión de un modo que no es orgánico, sino como una operación política”.

“También, nos damos cuenta de cómo estas redes en momentos específicos nos han ayudado, por ejemplo, en la crisis del sismo del 19 de septiembre de 2017 con el #Sismo19s”.

Afirmó que una de las diferencias, con respecto al sismo de hace más de 30 años “fue justamente la activación de estas redes de apoyo simbólico y material a través de las redes”. Resaltó protestas en las que se han hecho visibles “atropellos institucionales como la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa”.

Dijo que YoSoy132 también en su momento fue un movimiento “que dejó ver la necesidad de democratizar o abrir el espectro de medios de comunicación y del cual el contexto mexicano actual es completamente hereditario”.

“Fue después de ese movimiento que tenemos ahora una camada amplia de medios independientes, de medios alternativos, que son mucho más críticos”. Manifestó que esas redes “ahora están minadas, ahora parecen que no tuvieran unos márgenes mínimos de oxigenación”.

Comentó que esas son las redes en donde “se ha hecho este tipo de prácticas, en donde también se han producido alianzas políticas, en donde se encuentran materiales día a día para seguirnos informando”.

“En la medida en que sigamos cayendo en esta lógica de alianza a ciegas, o de alianza acrítica, simplemente por defender lo que consideramos es la mejor opción, nos estemos encargando de garantizar que esas condiciones para el diálogo crítico en las redes digitales pues cada vez tendrán menos posibilidad de existir, hay un margen más reducido para que ocurra”, dijo.

-Fin de nota-

NTX/HPP/GPG/EDU16/