Hechos

 

La ciudad está pasando por uno de sus peores tiempos


El promocional del informe de gobierno de la cabeza de la sociedad mercantil al frente de la Ciudad de México encierra una gran verdad: no hizo política. Este ingrediente esencial del ejercicio de gobernar estuvo efectivamente ausente, fue suplido con demagogia y desatinos, con ensayos fallidos y fracasos. La ciudad está pasando por uno de sus peores tiempos. A cambio de no hacer política, ofrece hechos. Hagamos un brevísimo repaso de ellos:

-La delincuencia se apoderó de nuestro espacio. Vimos balaceras a la luz del día en el centro de la ciudad, los atracos a comensales son ordinarios y a todas horas, en fondas y en restaurantes de postín. Se asalta en el Eje Central a las 4 de la tarde y en el paso deprimido de Mixcoac, el Periférico, Polanco y la Doctores.

-Se colapsó el tránsito en zonas donde antes fluía razonablemente. Jardineras en las esquinas, mesas de cafetería robando carriles en 20 de Noviembre y otras arterias vitales, restricciones de circulación a 20, 30 y 50 kilómetros en tramos de 100 metros, semáforos reprogramados seguramente por bipolares, ceguera ante el creciente bloqueo de espacios públicos de estacionamiento por vecinos abusivos e impunes.

-Anarquía total en construcciones. Decenas de edificios con pisos por arriba de los autorizados, el paso deprimido inundado a los 3 días de su inauguración, igual que el tan cacareado nuevo Zócalo.

-Ausencia de servicios públicos básicos. La falta de desazolve fue causa de inundaciones que dejaron sin patrimonio a muchos ciudadanos.

-Una Constitución entendida como plataforma de lanzamiento. Hoy ya nadie habla de ella, su utilidad electorera ya se cumplió.

-Crecimiento exponencial del narcomenudeo. El caso de la UNAM es el más visible, pero no el único.

La lista es interminable. Estos son los hechos más sentidos por quienes aquí vivimos. Lo demás son fantasías.