Infraestructura a la vista

La expectativa en cuanto a los proyectos del próximo gobierno en materia de infraestructura es que son una parte fundamental para la palanca de desarrollo; sin embargo, lo que tiene en contra el gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador es el tiempo. La gente, así como depositó su voto, quiere ver resultados inmediatos. Esto no es posible porque aún falta la discusión del presupuesto y etiquetar programas y proyectos. Ese es el problema; por el momento hemos visto una serie de anuncios mediáticos de relumbrón, pero lo que falta es la práctica y ejercicio del poder.

No se debe perder de vista que México es uno de los países que mayores fuentes de inversión tiene para proyectos de infraestructura, lo cual llama al apetito de inversionistas locales y foráneos; empero, no se puede ser “flor de un día”, el interés debe mantenerse para el mediano y largo plazos. Ese es el reto para la administración que viene.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) la inversión en la industria ferroviaria en México es de las más grandes y de mayor ocupación en el mundo, con excepción de Alemania.

Por ello es que el anuncio del Tren Maya resulta atractivo, pero no se puede perder tiempo, la gente lo quiere ver y en esa región del país lo que apremia es la lucha contra la pobreza y el rezago.

Incluso, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) consideró que las obras para enriquecer la infraestructura del país propuestas por el próximo Gobierno Federal son plausibles y sugirió poner énfasis en el análisis del ciclo de infraestructura, para que acrediten una buena planeación y ejecución.

López Obrador aún no se enfrenta a los no por parte de sectores sociales, ni a los poderes fácticos, que en un futuro comenzarán a demandar agilidad o recordar que el poder se comparte. La economía desempeña un papel importante en este momento, pero lo urgente, como siempre, es ver lo que se prometió. Ese será el reto y la exigencia.