Nepotismo dentro del Poder Judicial de la Federación

 

Jueces y magistrados dan trabajo a familiares: informe


De los jueces y magistrados federales, 51 por ciento tiene al menos un familiar laborando en el Poder Judicial de la Federación (PJF), según el informe “El déficit meritocrático”, del investigador Julio Ríos Figueroa.

Se retoma el análisis del consejero Felipe Estrada Borrego acerca de las redes clientelares en el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad presentó el estudio, ahí se denunció que 87 por ciento, es decir, 68 de 79 convocatorias a los concursos de oposición para juez o magistrado desde 1995 hasta 2016, fueron cerradas: sólo pudieron inscribirse al concurso personas que ya laboraban en el PJF.

Los abogados laborando en un despacho, en una oficina de gobierno, académicos o profesores de derecho u otros juristas con vocación para volverse juzgadores no pueden participar en tales concursos.

“Restringir artificialmente el universo de los concursantes reduce la probabilidad de seleccionar a los mejores, limita la diversidad de perspectivas y trayectorias, y favorece a aquellos que habían logrado ingresar al Poder Judicial, aunque fuera sin un adecuado filtro meritocrático”, se denunció en el informe.

De todos los familiares de jueces y magistrados, 68 por ciento son consanguíneos y de esa cifra 49 por ciento eran padre, madre o hijo; 29 por ciento hermano, abuelo o nieto, y 17 por ciento tío, sobrino o primo.

Mientras que por afinidad o parentesco político representan 32 por ciento; de este universo, 65 por ciento es cónyuge; 5 por ciento hijastro, suegro o nuera, y 21 por ciento medio hermano o cuñado.

Además, de los cinco puestos de carrera judicial solamente dos, juez de distrito y magistrado de circuito, requieren para su ingreso aprobar un procedimiento que conlleva un concurso de oposición de tres etapas con exámenes que buscan identificar distintas cualidades y capacidades en los aspirantes.

El autor detalló que, aunque hay avances con las reformas de 1994 y 2008, también hay un déficit, producto del nepotismo.