Tránsfugas políticos

 

Las encuestas de opinión auguran cambios en la conformación del poder


Tránsfugas, oportunistas, traidores, chocolateros, chaqueteros, demócratas, rupturistas, acomodaticios son, entre otros, los adjetivos otorgados a aquellos ciudadanos que cambian de partido político. El fenómeno no es nuevo. Cobra relevancia cuando se habla de personas que tienen un cargo de representación popular o que forman parte de las dirigencias partidistas. Más aún, cuando las encuestas de opinión auguran cambios en la conformación del poder. En esos momentos es cuando se palpa con claridad una de las concepciones politológicas que afirma que la política es el mundo en que los intereses se disfrazan de ideas. En el que se construyen argumentos para justificar las nuevas posiciones ideológicas, que tengan como corolario seguir formando parte en la nueva redistribución del poder.

Tampoco es exclusivo de un partido político o posición ideológica. Es parte de la naturaleza del político. Es un fenómeno social. Lo infortunado para los ciudadanos es que con ello la política y, por ende, los cargos de elección popular y de gobierno siguen siendo dirigidos por aquéllos que han demostrado, con otra máscara partidista, su incapacidad para buscar los intereses legítimos de los ciudadanos. Para éstos, la política representa “más de lo mismo” que conlleva a la apatía y al desinterés por los asuntos públicos.

No son nuevas personas con nuevas ideas y soluciones. Son los viejos intereses buscando la forma de continuar con los privilegios y el confort al que están acostumbrados. Son las mismas personas que van a reproducir los vicios de donde vienen. Se presenta entonces una relación simbiótica entre la necesidad de los dirigentes partidistas de sumar para ganar el poder y la oportunidad del tránsfuga político para reposicionarse. Convirtiendo así a los partidos políticos en agencias de colocación más que en instituciones que representen ideas portadoras del cambio.

[email protected]

Twitter @NVS_

GG