Veinte años después

 

Se cumplen 20 años de que la izquierda alcanzó y gozó del poder


En este 2017 se cumplen 20 años de que la izquierda alcanzó, tocó, olió, comió y gozó del poder.

Fue en 1997 cuando el siempre testimonial ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas se alzó con el poder en el Gobierno del entonces Distrito Federal.

Ese momento fue todo un hito –casi tan importante como la elección presidencial de 1988 en la que Cárdenas ganó moralmente–, ya que era la primera vez en la que se demostraba lo que la izquierda sabía hacer con el poder.

Han pasado 20 años y han pasado Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera.

México no es más de izquierdas, ni del PRD, a pesar de la multitud que Alejandra Barrales convocó el sábado en el Zócalo, porque ahora es un país que como ya le pasó en la Revolución, sigue esperando no sólo el Plan de Iguala, sino la llegada de la justicia social.

Aunque es justo reconocer que el modelo de gobierno social de la ahora Ciudad de México ha sido el más potente, el mejor y el que durante 20 años le ha permitido ser el patrimonio de la izquierda.

Y es justo reconocer que el tratamiento social impulsado por los gobiernos de lo que antes era el DF, ha sido en cierto sentido el ideal que le hubiera gustado consolidar al resto del país.

Hoy el PRD está en una crisis profunda que incluso para muchos podría ser terminal. Morena está representando una gran parte de la ilusión nacional. Mientras que el PRI y el PAN están cerca pero lejos de sentarse en el sillón del Gobierno de la Ciudad de México.

¿La izquierda podría implementar el modelo de la CDMX en el resto del país? No lo sé. Pero lo que sí sé, es que en el caso de Miguel Ángel Mancera esa sería la única plataforma que tendría para poder competir y conseguir los votos que le podrían permitir ser presidente.

Y es que, la Ciudad de México no hace presidentes pero sí les dificulta el camino.

En estos 20 años y siguiendo con el testimonio vivo del ingeniero Cárdenas, es importante saber que los pobres siguen siendo primero, como lo aseguró López Obrador, y que en esos años llegó la primera vez que una mujer, Rosario Robles, ocupó el cargo de jefa de Gobierno de la entonces capital de México, aunque después haya sido arrojada de las filas de la izquierda por un escándalo de amor y corrupción.

Ahora lo importante es saber cuánto de ese recorrido es posible mantener. Y en ese sentido, creo que una de las candidatas más fuertes para ocupar el poder  es Claudia Sheinbaum, no sólo por el partido y el líder espiritual que la respalda, sino por su propia obra.

Pero en cualquier caso la pregunta es: ¿cuántos de esos modelos de izquierda se podrían instaurar exitosamente en el resto del país?