Amor y odio en el Senado en el “Día Naranja”

Respaldan en Comisión del Senado convenio sobre bienes culturales robados Foto: Internet
Respaldan en Comisión del Senado convenio sobre bienes culturales robados Foto: Internet 

Amor y odio en el Senado en el “Día Naranja”. Todos los grupos parlamentarios coincidieron en señalar que este es un país donde nacer mujer es enfrentarse a un cúmulo de desigualdades.


La sesión ordinaria de este jueves en el Senado de la República inició con la unidad de todos los legisladores, al cerrar filas en el “Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer”, pero esa “unidad” no duró mucho.

De entrada, todos los grupos parlamentarios coincidieron en señalar que este es un país donde nacer mujer es enfrentarse a un cúmulo de desigualdades y “este es un Gobierno, el actual, que no es el Gobierno más feminista de la historia”, pues “nos matan, nos violan, nos atacan por el solo hecho de ser mujeres, por eso esto es un manifiesto:

“No necesitamos un protector o salvador o mesías, lo que queremos son aliados que traicionen sus ganas de violar, de golpear, amenazar e insultar, de matar”, puntualizó Movimiento Ciudadano.

Por el PRI, Verónica Martínez García lamentó que la violencia contra las mujeres no frena y va al alza. De acuerdo con la ONU-Mujeres, en México 6 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia.

La violencia y el machismo están presentes en todos lados, en las escuelas, en el transporte público, en el trabajo y lamentablemente hasta en nuestros hogares. Esto no es normal y no es tolerable, advirtió.

Por eso, dijo la legisladora, este Día Naranja no solo se trata de reconocer y de crear conciencia de la gravedad del problema que tenemos. Se trata, sobre todo, de asumir un compromiso de seguir en la lucha por erradicar la violencia contra las mujeres.

Las y los legisladores de todos los grupos parlamentarios señalaron que se han logrado grandes avances: el reconocimiento a la violencia política en razón de género; la prohibición del matrimonio infantil; la Ley Olimpia para sancionar la violencia digital, o la inclusión del feminicidio como delito que amerita prisión preventiva, pero no son suficientes.

La senadora sin partido (antes del PAN), Martha Márquez, lloró en la tribuna al hablar de violencia política en su contra por parte de la dirigencia de Acción Nacional, hecho que condenaron los senadores y le manifestaron, sobre todo las mujeres, su apoyo.

SE AGARRAN

Hasta ahí, todo perfecto, pero esa “unidad” se rompió entre Morena y la oposición, cuando en PAN, PRI, PRD.MC y el Grupo Plural, solicitaron que la presienta de la Cámara alta, Olga Sánchez Cordero, dentro de sus facultades firmara, junto con 53 legisladores, promueva ante la Corte una controversia constitucional por el acuerdo del presidente de la República que “declara de interés público y seguridad nacional la realización de proyectos y obras a cargo del Gobierno de México”.

Los morenistas defendieron a capa y espada el acuerdo. Los más aguerridos por Morena fueron Eduardo Ramírez Aguilar y Alejandro Armenta, quien dijo que “nosotros trabajamos para el pueblo, no para los intereses del capital extranjero, a los que siempre ha servido Acción Nacional”. No faltó quien los calificara incluso de “cínicos”.

Mónica Fernández Balboa, de Morena, criticó al PAN por exigirle a la presidenta del Senado atender su petición; sin embargo, molesta respondió que “eso es violencia política. Dejemos de victimizarnos como mujeres”.

Ricardo Monreal, líder de los senadores de Morena, dio cátedra de Derecho cuando los senadores de oposición lo cuestionaron sobre su opinión sobre si es o no inconstitucional el acuerdo presidencial. Con mucha habilidad, el senador se deslindó al responder que tienen todo el derecho de promover la acción de inconstitucionalidad y, será la Suprema Corte quien tenga la última palabra.

Por su parte, Olga Sánchez Cordero informó al Pleno que solicitará al órgano Jurídico del Senado su opinión de la petición de los 53 senadores; “tengo mis serias dudas y quisiera que se me dieran los argumentos sobre el interés y la legitimación de este Senado para promover la controversia constitucional”.