Crisis en Derechos Humanos acarrea retos nuevos a la antropología social: Especialistas

 

Desde hace 14 años, el país vive una crisis de derechos humanos que ha dejado 280 mil asesinados, más de 130 mil desaparecidos –61 mil connacionales y 70 mil migrantes en tránsito–, 27 mil cuerpos no identificados en fosas comunes y alrededor de dos mil 110 sepulcros clandestinos. Esto lo señaló la doctora Aída Hernández […]


Desde hace 14 años, el país vive una crisis de derechos humanos que ha dejado 280 mil asesinados, más de 130 mil desaparecidos –61 mil connacionales y 70 mil migrantes en tránsito–, 27 mil cuerpos no identificados en fosas comunes y alrededor de dos mil 110 sepulcros clandestinos.

Esto lo señaló la doctora Aída Hernández Castillo, quien destacó que estos actos atroces obligan a buscar estrategias colectivas de investigación desde equipos interdisciplinarios, en colaboración con organizaciones de la sociedad civil.

“La desaparición de personas, la mutilación y el ocultamiento de cadáveres en sitios clandestinos se han convertido en parte de una pedagogía del terror que utiliza los restos humanos como símbolos para marcar territorios y mantener el miedo y el control de la población”, advirtió la investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.

Este contexto está imponiendo retos metodológicos y epistemológicos nuevos a la etnografía feminista y la antropología social, toda vez que estos actos atroces obligan a buscar estrategias colectivas de investigación desde equipos interdisciplinarios, en colaboración con organizaciones de la sociedad civil.
Lo anterior lo expresó al participar en el Coloquio El quehacer antropológico en la búsqueda de la paz y la justicia, celebrado en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), donde indicó que la violencia patriarcal se ejerce sobre los cuerpos construidos como desechables por un sistema neocolonial, clasista y racista que permite estas formas de uso de fuerza extremo.

Destacó que a esto se agregan las masculinidades agresivas promovidas por el sistema capitalista y patriarcal que han encontrado un nicho de mercado en el crimen organizado, cuya capacidad de causar daño está bien cotizada.
“La academia se ha centrado en el análisis del feminicidio, por la urgencia y la gravedad de los casos, pero están pendientes desde el análisis feminista la desaparición forzada y el desplazamiento, así como las matanzas de indígenas, campesinos y migrantes”.
Por su parte, el doctor Luis Reygadas Robles Gil advirtió que en este escenario los antropólogos corren graves riesgos para realizar sus investigaciones, pues “nadie aboga por una antropología temeraria sino por una que destaque el papel del arte para la sanación de los individuos”.