La educación sexual integral debe contar con el principio de autonomía progresiva: Olga Sánchez Cordero

La educación sexual integral debe contar con el principio de autonomía progresiva: Olga Sánchez Cordero Foto: Internet
La educación sexual integral debe contar con el principio de autonomía progresiva: Olga Sánchez Cordero Foto: Internet 

La educación sexual integral debe contar con el principio de autonomía progresiva, que ha cambiado y ha revolucionado: Olga Sánchez Cordero.


La presidenta de la Mesa Directiva de la Comisión Permanente, Olga Sánchez Cordero desarrolló una reforma que presentó el pasado 29 de marzo, en la cual propone que “sea obligatoria la educación sexual y reproductiva para concientizar, entre otras cuestiones, sobre los embarazos no deseados en adolescentes, bajo el principio de autonomía progresiva”.

“Este concepto de autonomía progresiva es que ha cambiado y ha revolucionado la manera de entender a las y los menores”, alertó la legisladora.

Al participar en los Diálogos Parlamentarios “Iniciativa para la Enseñanza con Perspectiva Progresiva de Sexualidad”, refirió que su propuesta plantea reformar diversas disposiciones a Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, y a la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes en materia de coordinación para la enseñanza con perspectiva de autonomía progresiva de la sexualidad.

Ante especialistas en la materia reunidos de manera virtual, la senadora indicó que su iniciativa con proyecto de decreto se enfoca en reforzar el concepto jurídico el principio de Autonomía Progresiva de la Sexualidad; es decir, la obligación del Estado de priorizar la educación sexual y reproductiva, y establecer la coordinación entre las secretarías de Educación Pública y la de Salud en la impartición de educación sexual.

Sin embargo, subrayó que “la falta de esta colaboración y la limitación de la Secretaría de Salud a opinar sobre los planes y programas de estudio, ha derivado en un problema de salud y de población”.

Por ello, la pretensión de su reforma es que las y los adolescentes -a partir de los 12 años cumplidos, pero también quienes ya comenzaron a entrar en la etapa de la pubertad que es aproximadamente a partir de los 9 años- conozcan sus derechos en la materia sexual y reproductiva, en función de su edad y grado de madurez.

Manifestó que este tema de sexualidad había estado limitado únicamente para las personas mayores de edad. En la actualidad, agregó, y derivado del uso creciente y constante de las tecnologías de la información, las personas menores de edad son quienes más utilizan dichas tecnologías, por lo que están mayormente expuestas a una información audiovisual explícita.

De manera que el estar más informados sobre cuestiones relacionadas con los derechos sexuales y reproductivos, resulta inviable seguir tratando a este tema como un tabú, con la intención de proteger la inocencia de la niñez.

“Pues más allá de protegerla, al censurar esta información, se le impide que tenga información veraz, información cuidada, información científica en función de su edad y de su sano desarrollo”, destacó la legisladora y ex Secretaria de Gobernación.

Ahora, la manera de aproximarse a los niños es la autonomía progresiva, porque implica que cada etapa de la niñez tenga su propia dinámica; es decir, no es lo mismo hablar de un niño, una niña de 3 años en una educación sexual, pero tampoco podemos dejar de hablar de educación sexual en esta autonomía progresiva a una niña o niño de 12 o 14 años.

Puntualizó que la Autonomía Progresiva de la Sexualidad no solo debe quedar integrada a los planes de estudio correspondientes a los grados escolares que se determinen en función de la edad, desarrollo y grado académico, tal y como ya se establece en el artículo 26 de la Ley General de Educación, ahora debe darse el siguiente paso y propiciar una mejor operación de la norma al facultar la coordinación entre las secretarías de Educación Pública y la de Salud.