Ana Frank en tiempos de redes sociales

 

Una serie aborda la hipótesis de que la joven víctima del Holocausto hubiera confiado su diario a una cámara en lugar de a un cuaderno


¿Qué hubiese ocurrido de haber recibido Ana Frank cuando cumplió 13 años una cámara en lugar de un diario de tapas a cuadros rojos a quién le confió sus sueños, temores, amor y el despertar de su adolescencia? Este diario, a quien Ana se dirigía con el nombre de Kitty, que se publicó por primera vez en 1947, acaba de transformar a su autora en una bloguera y si las predicciones se cumplen, Ana podría ser una nueva infuencer.

El Videodiario coincide a su vez con el 75 aniversario de la II Guerra Mundial, y aunque los expertos de la Fundación Ana Frank, de la que depende la casa museo, han leído el guion para evitar errores, el Diario sigue siendo la fuente original. Ronald Leopold, su director, espera que las imágenes “animen a pensar sobre el antisemitismo y la discriminación”. “Lo importante es crear interés a las generaciones que no tengan ya padres o abuelos para contarles lo ocurrido”, ha dicho.

 

 

La Fundación Ana Frank asociada a Every Media acaba de convertir la hipótesis en una serie de vídeo,en el que Ana confía a la cámara con el mismo entusiasmo que lo hizo al diario todo lo que en su interior ocurre. Las escenas están filmadas en la buhardilla del Prinsengracht donde estuvo oculta y la vemos rodeada de sus padres, Otto y Edith, su hermana Margot, el matrimonio Van Pels, su hijo Peter y Fritz Pfeffer.

El papel principal es interpretado por la actriz neerlandesa Luna Cruz Pérez, de 13 años, que ha participado también en una popular serie local titulada Flikken Maastricht (Policías de Maastricht). A Ana Frank suelen recrearla artistas algo mayores, tanto en las versiones cinematográficas del Diario, como en el teatro, pero ahora la edad coincide con la de la protagonista real. Y, sobre todo, con la generación de las redes sociales, acostumbrada a documentar su vida en Instagram y vlogs. En esta ocasión, Kitty ya no es una muda libreta forrada de cuadros rojos, sino el espectador mismo. Al mirar directamente a la cámara y soñar en voz alta con “salir, notar el viento, ir al cine… viajar a París o Londres”, Ana habla con nosotros. Dado que la producción fue estrenada el pasado 30 de marzo, en plena crisis del Covid-19, con buena parte de la población mundial confinada en sus hogares, la empatía por el encierro es mucho más natural si cabe.