Es necesario “cambiar en chip” en la Secretaría de Cultura

Carlos Lara González, especialista en Difusión de la Ciencia y la Cultura, platicó sobre los retos que deberá asumir la dependencia a cargo de Alejandra Frausto
David Gutiérrez Publicado el
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Tener claro que los destinarnos finales de las políticas culturales son los ciudadanos y no quienes integran la comunidad cultural, demostrar que se puede hacer buena política pública en la materia con el propuesto otorgado y cambiar la manera en que se hace arte y cultura en México, son algunos de los grandes compromisos que debe asumir la Secretaría de Cultura federal este 2019, aseveró el especialista en Difusión de la Ciencia y la Cultura, Carlos Lara González.

En entrevista con CAPITAL, comentó que tanto la titular de la dependencia, Alejandra Frausto, como su equipo de trabajo, deben adjudicarse la responsabilidad de sus acciones públicas en materia de arte y cultura, la cuales deben estar encaminadas principalmente hacía los ciudadanos, donde los creadores y promotores sean simplemente mediadores en el proceso de vinculación.

“Es necesario cambiar el chip, ella dice que va a atender las necesidades del sector y no debe ser así, debe atender en principio las necesidades culturales de los ciudadanos en todo el país”. dijo el analista y abogado en derecho cultural.

Presupuesto cultural

Para el ejercicio 2019, el presupuesto de la Secretaría de Cultura haciende a 12 mil 895 millones de pesos, recursos financieros suficientes que, señala el analista, deberán permitirle trabajar y demostrar que se que puede hacer una buena política pública de estado en la materia, como lo establece la Ley General de Cultura y Derechos Culturales.

“En esa ley consideramos pertinente colocar como uno de los artículos fundamentales los principios de la política cultural del estado mexicano; entonces, ahí tiene un marco que servirá para orientar el proyecto”, refirió Lara González, quien participó en la consolidación del estatuto reglamentario cultural.

Indicó que es fundamental cambiar la manera en que se hace arte y cultura en el país, mediante programas definidos y claridad en los objetivos, pues, “se puede tener una política enunciativa pero luego hacer cosas que no viene en el marco”

“Hasta el momento no hay claridad en los objetivos y sólo meras ocurrencias, en donde se deben pronunciar enserio es donde se quedan callados; por ejemplo, no han levantado la voz para pedir un estudio de factibilidad cultural en el Tren Maya, tampoco para consultar a la comunidades indígenas, simplemente se han hecho iniciativas ornamentales”, afirmó el analista.

“Sólo se han anunciando ocurrencias para hacernos creer que les importan los derechos de las comunidades originarias y no es así”, externó.

De manera precisa, el experto calificó como “descabellado” el cambio que se avecina en el Fondo Nacional para el Fomento de Artesanías (Fonart) que pasará de la Secretaría de Bienestar, conocida antes como Secretaría de Desarrollo Social, a manos de la dependencia de cultura.

“Los problemas que tienen ahora mismo los artesanos son, entre otras cosas, el plagio; y nadie está velando por ellos. Además, la actividad artesanal es inminentemente económica por lo que llevarla a cultura es una pésima idea, porque, ahí, no se les puedes ofrecer más que hacer libros, coloquios y simposium, siendo que la actividad se trata de artesanos que crean para vender y no para hacer piezas decorativas de oficinas de gobierno”, explicó el especialista.

Ocurrencias

Asimismo, consideró como una “ocurrencia” la inminente agrupación del Fondo de Cultura Económica (FCE) -paraestatal de la SEP-, Educal -paraestatal adscrita a la Secretaría de Cultura-, y la Dirección General de Publicaciones (DGP) – dependiente de la subsecretaria de de Diversidad Cultural y Fomento a Lectura-, anunciada por el escritor Paco Ignacio Taibo II, quien podría asumir la dirección del FCE.

“Esta muy bien fusionar todo lo que dice libro y lectura pero no es agrupar por agrupar, eso es sólo porque se le ocurrió a Taibo. Una buena idea sería volver a recuperar esa propuesta que ha circulado por el sector durante mucho tiempo, es decir, crear el Instituto Mexicano del Libro y la Lectura”, sugirió.

Insistió en que debe existir “claridad” en los proyectos que plantea la dependencia encargada de la política cultural, pues sugiere la explotación de la economía creativa de nuestro país a través de la llamada “Economía Naranja”, concepto que que a decir del experto, “no se tiene idea de como implementarlos” al provenir de otros países, por lo que exhortó a la exploración del Modelo Económico de Competencia del Estado Mexicano.

Finalmente, Lara González consideró que la Secretaría del Cultura, a tres años de su creación, a hora mas que nunca cuenta con el respaldos y los elementos necesarios para hacer una buena gestión durante este sexenio.

“Los retos que tiene la Secretaria de Cultura son muchos y tiene que resolverlos con una serie de programas claros y precisos en cada una de las materias en el marco de una política pública. Hasta el momento hay un mal planteamiento en muchas de las áreas y poco entendimiento de la dinámica de sector público en materia de cultura”, concluyó .

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