IPN crea bioplaguicida para combatir plagas en el sector agrícola

IPN Foto: Internet
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El plaguicida, preciso el instituto, ha demostrado su eficacia para proteger los cultivos de maíz, tomate rojo y agave.


Para combatir las plagas que ocasionan incuantificables pérdidas económicas al sector agrícola, científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollaron bioplaguicidas a base de hongos y nematodos.

El plaguicida, precisó el instituto, ha demostrado su eficacia para proteger los cultivos de maíz, tomate rojo y agave.

Esta elaborado a base de hongos y nematodos (gusanos) entomopatógenos formulados en aceite (organismos microscópicos capaces de generar enfermedades en insectos), los cuales son amigables con el ambiente.

Al respecto, el científico Teodulfo Aquino Bolaños informó que los entomopatógenos son organismos que tienen la capacidad de reproducirse en el cuerpo de los insectos adultos o larvas (insectos que se encuentra en su primera etapa de desarrollo posembrionario).

Al detallar este proyecto del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR), Unidad Oaxaca, señaló que en esa región los cultivos de maíz son atacados por una plaga denominada Gallina Ciega (larvas de escarabajos) que se alimentan de la raíz de la planta y, por ello, es muy complicado su método de control.

“El entomopatógeno se anida en la larva y la puede destruir; estos microorganismos se posicionan en el cuerpo del insecto, el cual le proporciona humedad y le da alternativas para que pueda reproducirse”.

Dijo que basta una sola aplicación del plaguicida para terminar con estas plagas, ya que automáticamente se limpia el espacio para no volver a tener el mismo problema.

El científico, quien tiene más de 16 años en el desarrollo de bioplaguicidas comentó que la plaga que ataca al tomate rojo se llama Nematodo del Nódulo, mismo que ocasiona que se formen protuberancias en las raíces (una especia de granos) que obstruyen el paso del agua y de los nutrientes en la planta, lo que hace que los frutos no puedan concluir su desarrollo.

Al cultivo de agave lo ataca una plaga aérea, indicó, un insecto denominado Picudo Negro o Picudo del Agave, los adultos se localizan entre las hojas y las larvas se alimentan del tallo. “Lo que descubrimos es que este insecto se deshidrata fácilmente; entonces desarrollamos un microorganismo que contamina a uno o dos insectos que acceden a la planta y, por sus propios hábitos, ellos mismos se llevan al entomopatogeno a sus colonias y ahí contagian a los demás”.

Finalmente, el investigador politécnico reconoció que existe una diversidad de plagas que afectan grandes porciones de cultivos y tienen enormes repercusiones económicas en el país. “Los bioplaguicidas tienen un impacto muy positivo en el sector agrícola, ya que constituyen una alternativa viable para atender este problema y desplazar a los agroquímicos, que tiene una alta toxicidad y perjudican el ambiente”, concluyó.