La falta de sueño puede provocar pobre respuesta a la vacuna contra el covid-19

Insomnio Foto: Internet
Insomnio Foto: Internet 

Diversos estudios han demostrado la importancia de esta relación y concluyen que las personas que duermen poco y mal son más propensas a infecciones virales o bacterianas de todo tipo.


De acuerdo con evidencias científicas revelan que la falta de sueño puede provocar una pobre respuesta a la vacuna contra el virus del SARS-CoV2.

El doctor Javier Velázquez Moctezuma, responsable de la Clínica de Trastornos de Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), afirmó que la relación estrecha entre el sueño y la reacción inmunológica del organismo humano cobra gran relevancia en tiempos de la pandemia de COVID-19.

“La defensa más adecuada y barata contra el virus SARS-CoV-2 es dormir bien”, resaltó.

Manifestó que diversos estudios han demostrado la importancia de esta relación y concluyen que las personas que duermen poco y mal son más propensas a infecciones virales o bacterianas de todo tipo, mientras que quienes descansan en forma adecuada responden en forma vigorosa ante diferentes antígenos.

En su artículo COVID-19, vacunas y sueño, el especialista señala que por primera vez en la historia de la humanidad, el mundo entero ha estado conectado al observar, por un lado, el desarrollo del impacto de esta emergencia sanitaria y, por otro, al atestiguar los esfuerzos globales que hace la ciencia por contrarrestar esta calamidad.

Comentó que investigaciones realizadas en la Universidad de Lubeck, en Alemania, revelan que personas sanas a las que se administró la vacuna contra la hepatitis “A” no desarrollaban los niveles de anticuerpos y otras respuestas inmunológicas si no se les permitía reposar la noche siguiente, mientras que si descansaban bien respondían adecuadamente ante su administración.

El mismo grupo administró tres dosis de la vacuna cada mes y en cada ocasión un grupo dormía bien y el otro se mantenía despierto la noche después de la aplicación. Los resultados demostraron que los primeros presentaban, en toda ocasión, una muy pobre respuesta ante la inoculación, un efecto que se registró aun un año después del estudio. Otro equipo publicó un análisis respecto de la vacuna contra la influenza obteniendo las mismas conclusiones.