Uruguayos estudian en Atlántida afectaciones a reloj natural humano

 

Montevideo, 1 Feb (Notimex/Sputnik).- Estudiantes de la Universidad de la República (Udelar) de Uruguay viajaron a la Antártida para realizar una serie de estudios, uno de los cuales es sobre la alteración del reloj biológico natural por la exposición excesiva a la luz o falta de la misma. El interés especial de los alumnos de […]


Montevideo, 1 Feb (Notimex/Sputnik).- Estudiantes de la Universidad de la República (Udelar) de Uruguay viajaron a la Antártida para realizar una serie de estudios, uno de los cuales es sobre la alteración del reloj biológico natural por la exposición excesiva a la luz o falta de la misma.

El interés especial de los alumnos de la Facultad de Ciencias (Fcien) es conocer cómo la exposición a fotoperiodos naturales extremos puede alterar el ritmo natural humano de 24 horas. Y la Antártida es un buen terreno para ello con sus 22 horas de oscuridad en invierno y la misma cantidad de luz en verano.

Los 16 estudiantes de la Escuela de Iniciación a la Investigación Antártica (EVIIA), acompañados por seis docentes, viajaron el pasado 10 de enero para desarrollar diferentes tipos de estudios en el destacamento científico antártico que desde hace 35 años representa a su país en el continente blanco: la Base Artigas, en la isla Rey Jorge del archipiélago Shetland del Sur.

El grupo encargado del estudio particular sobre la cronobiología se integra por los estudiantes Julieta Castillo, Alejo Acuña, Julieta Pomi y Laura Herrera, así como las profesoras Bettina Tassino y Ana Silva, y busca conocer “los cambios producidos recientemente por la vida moderna urbana [en el reloj biológico], que han implicado un desajuste importante”.

Ana Silva explicó que la existencia del reloj biológico es un hecho reconocido, que se puede estudiar; es “una forma interna y material de medir el tiempo”, controla el ritmo de las personas durante las 24 horas del día y “se pone en hora con la luz”.

Añadió que se sabe “que la luz es tiempo para el cerebro”, por lo que, si ella “cambia, el reloj se confunde”, y en las ciudades es común que estemos “expuestos a menos luz durante el día, y más durante la noche”, y para ello la Antártida funciona como “laboratorio natural” de este estudio.

El trabajo, único en el mundo, lo realizan con parte del personal que trabaja en la base uruguaya en el continente blanco y se basa en evaluar cómo los cambios en los fotoperiodos “repercuten sobre las horas y la calidad de sueño, sobre la hormona melatonina, que es la indicadora fisiológica del reloj” natural.

Si logran confirmar alteraciones en el reloj biológico por la sobreexposición a la luz se podrá identificar también si “el uso de pantallas, sobre todo en la noche, está afectando al reloj o no, porque es como someternos a una luz intensa, el reloj interpreta como que es de día en horarios que es de noche”.

NTX/I/RML